CANTO I

La bondad de un mal día.

Es imposible describir el dolor que se siente cuando todo lo que planeas se viene abajo. Quedando a merced de un futuro incierto, como si fuera una enrome sombra que poco a poco se acerca, con el único fin de hacerte su rehén y privarte de aquella claridad que se sentía tan cercana apenas algún tiempo atrás.
Mi día no es más trágico que ninguna de las tragedias quese han contado y por eso es que duele tanto. En su simpleza permite saborear la melancolía que recorren mi ser. Soy una granada lista para explotar.
Me recuerdo como alguien audaz, divertido y con tantas aspiraciones como para regalar. Es cierto, cometí errores y es por eso que me encuentro aquí. Me gustaría decir que todas las lecciones que he tenido que aprender a causas de mis fallas han sidosuperadas, y de cierta manera, lo han sido. Pero ahora, justo en mi día cero, me encuentro con aquella prueba devastadora que tanto temí y que por fin, tanto tiempo después me alcanzo. Hay veces que tus peores demonios son aquellas cosas que están sepultadas por los años y que tu mente trata de olvidar, supongo que esa es la clave de porque duelen tanto. No hay peor cosa que en la cúspide deldolor te llegue una bocanada de nostalgia. Tantas cosas que pude hacer bien, tantas cosas que eran tan simples y ahora se vuelven la última gran prueba que un pasado suprimido me arroja.
Es una sensación tan dolorosa. Como si el aire fuera fuego, entrando a mi cuerpo y quemando todo a su paso a cada respirar. Le doy la bienvenida a mi dolor porque ya lo estaba esperando. No hay peor castigo parael alma que la esperanza. Aquella esperanza que se vuelve obsesión y a su vez, la maldición de creer en algo.
Estoy seguro que no soy el primero con el alma destrozada y sé que cosas peores pueden pasar, de eso no hay duda, pero en este momento no puedo sentir nada más que una profunda desilusión. Es tan fácil caminar con la cara en alto cuando la fortuna te sonríe, no tienes miedo a pisar, erescomo una ola de luz que se esparce y llega a donde quiere y muy pocas veces se es consciente que el mismo camino que alumbras, otros lo habitan, arrodillados en la obscuridad.
Llevo horas sentado en esta habitación, tratando de no despertar a nadie con mi llanto, en este momento un consuelo sería tan reconfortante pero profundamente inútil, como verter agua en un vaso sin fondo. Mi llanto sedivide entre decepción, miedo y nostalgia. La decepción de haber estado tan cerca de la meta y no poder llegar, como si alguien cruelmente cortara la alas que tanto tiempo tardaste en obtener. El miedo a la incertidumbre del futuro por venir, un camino tan obscuro que es imposible dar un paso con la certeza de que no caerás al vacio. Y por supuesto, la maldita nostalgia, aquella que pereciera serel amor de tu vida, sentada a tu lado, susurrando todos los momento que tanto disfrutaste y que se han ido.

La madrugada es un lugar fascinante para escribir, todo fluye con una pureza inconcebible en el ajetreado día. El sonido de tu entrecortada respiración se mezcla con un eco abrumador, cortesía de la soledad. El momento perfecto para plasmar tú pensar en un papel. ¿Por dónde empezamos?¿Cuál será más fácil de pulverizar: El inquebrantable espíritu de un soñador o el adolorido corazón del realista? Supongo que ambos se complementan, como una eterna balanza que a su tiempo termina averiada y dejando caer todo el peso en alguno de los dos.
Cuando estas decepcionado es muy difícil encontrarle sabor a tu vida, todo lo que hacías antes, ahora se vuelve doloso, sin sentido e inclusoirreconocible. Debo admitir que he pensado muchas veces en escapar, correr hasta que pueda voltear y no ver mi fracaso, pero a veces es tan alto que terminarías agotado antes de poder, si acaso, escapar un poco de tu realidad. Me han dado ganas de sumergirme en mi cama y no salir de ahí hasta que alguien me regale migajas de su alegría y no lo hago porque es peor el silencio que se genera ahí. Es...