CAP TULO 31
CAPÍTULO XXXI
"Reflexiona."
Ella hubiera querido reflexionar; ¿pero cómo, ya que el señor Vulfran la esperaba?
Volvió entonces a su traducción, diciéndose que mientras trabajara, su emoción quizá se calmaría, y que entonces se encontraría en mejor estado para examinar su situación y decidir qué es lo que iba a hacer.
"La dificultad principal que tengo,como le digo, que enfrento en mis averiguaciones, ha sido respecto al tiempo que transcurrió desde el matrimonio del señor Edmond Paindavoine, su querido hijo. Para comenzar, le confieso que, privado de la luz de nuestro reverendo padre Leclerc que había bendecido esta unión, me encontré completamente desorientado, y debí buscar por distintos lados antes de recopilar los elementos de una respuestaque pudiera satisfacerle.
"De estos elementos resulta que quien fuera la esposa del señor Edmond Paindavoine era una persona joven dotada de todas las cualidades: inteligencia, bondad, dulzura, ternura del alma, rectitud de carácter, sin hablar de sus encantos personales que, por ser efímeros, no tienen más que una importancia decisiva para quienes permiten que su corazón vaya en pos de lasvanidades de este mundo."
Cuatro veces recomenzó la traducción de esa frase, la más enredada, pero ella se aferró a traducirla con toda la exactitud que podía ser capaz, y si no llegaba a quedar satisfecha, al menos tendría la consciencia de haber hecho todo lo que podía.
"Ya no es la época donde todo el saber de las mujeres hindúes consistía en la ciencia de la etiqueta, en el arte de levantarse osentarse, y donde toda instrucción, además de esos puntos esenciales, era considerada como una decadencia; hoy en día un gran número; aún entre aquellas de las altas castas, cuyo intelecto cultivado y, acordándose que en la antigua India, el estudio se hacía bajo la invocación de la diosa Saravasti. Y la persona de quien hablo pertenecía a esta categoría, y su padre tanto como su madre, que erande familia brahamana, es decir dos veces nacidos, según la expresión hindú, habían tenido la dicha de ser convertidos a nuestra santa religión católica, apostólica y romana por nuestro reverendo padre Leclerc durante los primeros años de su misión. Por desgracia para la propagación de nuestra fe entre los Hin la influencia de la casta todopoderosa, de modo que quien pierde su fe pierde su casta, esdecir su rango, sus relaciones, si vida social. Tal fue el caso de esta familia, que por el solo hecho de hacerse cristiana, se convertía en algo así como paria.
"Le parecerá entonces natural que, expulsada de su mundo hindú, haya tomado el camino de la sociedad europea, aunque una asociación de negocios y de amistad la ha unido a una familia francesa por la fundación y el aprovechamiento deuna importante fábrica de muselina bajo la razón social Doressany (Hindú) y Bercher (el francés).
"Fue en la casa de la señora Bercher que el señor Edmond Paindavoine conoció a la señorita Marie Doressany y se enamoró de ella; lo que se explica por esa razón principal que ella era realmente la joven muchacha que acabo de describirle, todos los testimonios que reuní concuerdan entre ellos paraafirmarlo, pero no puedo afirmarlo por mi cuenta, ya que no la conocí y no llegué a Dacca más que después de su partida.
"¿Por qué se levantaron impedimentos al matrimonio que ellos querían contraer? Es una cuestión que no he tratado.
"Como sea que haya tenido lugar, el matrimonio se celebró, y en nuestra capilla el reverendo padre Leclerc dio la bendición nupcial al señor Edmond Pandavoine y a laseñorita Marie Doressany; el acta de este matrimonio está inscrita en su fecha entre nuestros registros, y se le podrá enviar una copia si usted así lo solicita.
"Durante cuatro años el señor Edmond Paindavoine vivió en la casa de los padres de su esposa donde una niña, una pequeñita, les fue dada por el Señor Todopoderoso. Los recuerdos que se tienen de ellos que en Dacca los hubieron conocido...
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