Cap Tulo 6

Capítulo 6 – Ziuzuiar
-Aquinads se pondrá frenético-aseguró Arida Caell-. Los guardias de seguridad le siguen el
rastro a los Xergs.
-¿Tiene conocimientos militares doctor Guyal?-preguntó Ziuzuiar.
“¿En qué me embarqué?” me pregunté a mí mismo.
-Los Xergs son muy peligrosos y agresivos-comentó la teniente Kayaid. -¿Vamos a
enfrentarlos?-pregunté tímidamente. -Desde luego-respondió el humanoide.El vehículo
transportador aéreo viajaba a una velocidad increíble. De
alguna forma parecía como si supieran el rumbo de los secuestradores. -¿Cómo saben
adónde fueron?-preguntó la asistente de Aquinads. Ziuzuiar dibujó una sonrisa en su
rostro. Miró a la teniente Kayaid de
manera cómplice. -Ella nos dice la dirección que tomaron los Xergs-señaló a la joven.
-¿Cómo es eso?-pregunté. -La tenienteKayaid es una de las investigadoras del Proyecto
Isla Negracomentó
el humanoide-. Su especialidad es la clarividencia. Arida Caell y yo nos miramos
con sorpresa. Ziuzuiar también vestía de
negro, sin embargo, su apariencia era mucho más humana que la de Vervequaf. -¿Adónde
llevaron a Walkani?-pregunté entonces. -Están en una isla, posiblemente la llevaron a la
Isla de Tuango en el
Pacífico.
Lateniente Kayaid no parecía tener más de veinte años. Sin embargo, sus modales eran
rudos. -Prepárense para aterrizar-dijo uno de los pilotos de la nave.
En ese momento se escucharon unas explosiones. El vehículo se sacudió con violencia. La
teniente Kayaid abrió una de las puertas de la nave y apuntó con su rifle hacia afuera. El
arma comenzó a disparar. Era una ametralladora KIKS-20. Emitíacincuenta y cinco balas
por segundo. Una cosa espeluznante. Ziuzuiar también acompañó el combate con otra
KIKS
20. El vehículo transportador se movía de un lado al otro.
-¡Aterrizaje forzoso!-gritó el piloto.
Nos precipitamos contra una serie de árboles. El impacto no provocó ningún hecho
calamitoso. Salimos del vehículo un poco maltrechos, pero sin ninguna herida.
-¡Vienen hacia acá!-gritó la tenienteKayaid.
Miré con terror alrededor. El paisaje era selvático. Árboles gigantescos nos tapaban la
visión, hacía mucho calor.
-¡Cuidado!-gritó Arida Caell.
Un Xerg se había lanzado contra mí. La asistente de Aquinads había desenvainado una
daga. La apretó contra el cuello del espécimen. El Xerg cayó muerto inmediatamente.
Otros tres Xergs nos rodearon. Hacían unos ruidos inmundos, su aparienciaera
verdaderamente asquerosa. La teniente Kayaid apretó el gatillo de la KIKS-20, un ruido
ensordecedor nos invadió. Los Xergs respondieron con un arma de la cual salían unos
rayos verdes. Todos nos echamos al suelo. Sentí que alguien oprimía mi cabeza contra el
suelo. Era una bota.
-¡Quédense quietos!-un Xerg gritaba horriblemente-. ¡Están rodeados!
Me pusieron de pie de forma violenta. La tenienteKayaid estaba custodiada por dos Xergs,
lo mismo ocurrió con el humanoide, y con Arida Caell. Al piloto y a mí nos custodiaban
dos Xergs nada más.
-¡Llévenlos al diorgga!-gritó un Xerg; parecía ser el jefe del grupo.
Nos amarraron las manos y nos hicieron caminar por la mitad de una selva. Los Xergs
eran peludos, de ojos claros, de estatura mediana. Eran fornidos. Emitían unos ruidosdesagradables. Caminamos una hora aproximadamente. Llegamos a una montaña llena
de rocas. Los Xergs nos hicieron andar por un sendero agreste. Llegamos a una puerta de
metal
inmensa como de tres metros de altura. Ésta se abrió con dificultad. Atrás de la puerta
había una especie de fábrica. Un espacio gigantesco se nos presentó ante nuestros ojos.
Miles de Xergs nos miraron con asco. Bajamos y subimosvarias escaleras, hasta
detenernos al frente de una puerta de metal más pequeña. Un Xerg abrió la puerta. Era
una celda. Nos quitaron las cuerdas y nos empujaron al fondo de la celda. El lugar estaba
iluminado por una luz que penetraba por una pequeña ventana.
-¿Aggrel?-escuché una voz conocida.
Walkani Wiito estaba acurrucada en un rincón de la celda. Inmediatamente se puso de
pie. -Walkani, ¿estás...