CAP TULO QUINTO

CAPÍTULO QUINTO ¡DESPIERTA, BABY!

El cazador Esaú, convencido de que para cuatro días que va a vivir, sigue el consejo de su barriga y renuncia a su derecho de primogenitura por un buen plato de lentejas. Kane, por su parte, se dedicó durante muchos años a vender a todas las personas para poder comprarse todas las cosas; al final de su vida reconoce que cambiaría si pudiera su almacén de cosascarísimas por un viejo trineo que le recordaba a él mismo, antes de dedicarse a la compraventa, cuando prefería amar y ser amado que poseer o dominar.
Tanto Esaú como Kane estaban convencidos de hacer lo que querían, pero ninguno consiguió darse una buena vida. Y si se les hubiera preguntado qué es lo que deseaban de veras, habrían respondido lo mismo que tú «Quiero darme la buena vida».Conclusión: está bastante claro lo que queremos, pero no lo está tanto en que consiste eso de «la buena vida». Y es que querer la buena vida no es un querer cualquiera, como cuando uno quiere lentejas, electrodomésticos o dinero. Todos estos quereres son simples, se fijan en un solo aspecto de la realidad. No hay nada malo en querer lentejas cuando se tiene hambre pero en el mundo hay otras cosas, otrasrelaciones, fidelidades debidas al pasado y esperanzas suscitadas por lo venidero. En una palabra, no sólo de lentejas vive el hombre. Por conseguir sus lentejas, Esaú sacrificó demasiados aspectos importantes de su vida. Actuó bajo el peso de la inminencia de la muerte. La muerte es una gran simplificadora: cuando estás a punto de estirar la pata importan muy pocas cosas. La vida, en cambio,siempre es complejidad y casi siempre complicaciones. Si evitas toda complicación y buscas la gran simpleza, no creas que quieres vivir más y mejor sino morirte de una vez. Y hemos dicho que lo que realmente deseamos es la buena vida, no la pronta muerte. De modo que Esaú no nos sirve como maestro.
También Kane simplificaba a su modo la cuestión. A diferencia de Esaú, no era derrochador, sino acumuladory ambicioso. Lo que quería era poder para manejar a los hombres y dinero para comprar cosas. No me fío de esa gente que dice que no se interesa por el dinero y que asegura no necesitar nada. A lo mejor estoy hecho de barro muy mal cocido, pero no me hace ninguna gracia quedarme sin blanca y si mañana los ladrones me desvalijaran la casa. Sin embargo, el deseo de tener más y más tampoco me parecedel todo sano. La verdad es que las cosas que poseemos nos posee. Me explico. Un día, un sabio budista le decía lo mismo a su discípulo, entonces el sabio preguntó al discípulo: ¿Qué es lo que más te gusta de esta habitación? El alumno señaló una copa de oro y marfil. Bueno, cógela, dijo el sabio, y el muchacho agarró firmemente la joyita con la mano derecha, observó el maestro con cierta guasa; ydespués añadió: ¿No hay ninguna otra cosa que te guste también? El discípulo reconoció la bolsa llena de dinerito sobre la mesa. Y el chico empuñó fervorosamente la bolsa con su mano izquierda. «Y ahora ¿qué?», preguntó al maestro. Y el sabio repuso: ¡Ahora ráscate! No había manera con las manos ocupadas, no puede uno rascarse a gusto ni hacer otros muchos gestos. Lo que tenemos muy agarrado nosagarra también a su modo... o sea que más vale tener cuidado con no pasarse. Eso es lo que le ocurrió a Kane: tenía las manos y el alma tan ocupadas con sus posesiones que de pronto sintió un extraño picor y no supo con qué rascarse.

Obsesionado por conseguir cosas y dinero, trató a la gente como si también fueran cosas. La mayor complejidad de la vida es precisamente ésa, que las personas no soncosas. Al principio no encontró dificultades: las cosas se compran y se venden y Kane compró y vendió también personas. Las cosas se usan mientras sirven y luego se tiran, Kane se propuso poseer personas, dominarlas, manejarlas a su gusto. Kane hizo lo mismo con los que le rodeaban y sí se portó con sus amantes, con sus amigos, con sus empleados, con sus rivales políticos, con todo bicho...