Capa
Alejandro Rofman
Economista
Doctor Honoris Causa de la UNER
Docente del Doctorado de Ciencias Sociales de la UNER
Nos proponemos presentar y discutir los contenidos básicos de los dos modelos económicos en pugna hoy en la Argentina.
En rigor a la verdad, dos modelos vienen recorriendo los ejes de las políticas globales- tanto estatales como privadas- delproceso de acumulación de capital en nuestro país desde hace décadas. Pero con mucha mayor intensidad, desde el abandono del modelo de sustitución de importaciones, basado principalmente en la dinámica del mercado interno, en 1975, cuando la Dictadura comienza a implantar el modelo que denominamos conservador o de Sociedad de Mercado.
La profunda transformación de la sociedad argentina, que entonces seplantea a punta de fusil, no culmina con la definitiva puesta en marcha de las estrategias contenidas en este modelo. De ello se encargará, a seis años de la vuelta a la democracia, el período menemista y su continuación: el del gobierno radical de Fernando de la Rúa.
Tras el derrumbe de la política económica - basada en un tipo de cambio fijo atrasado para favorecer el desarrollo de unaestrategia de pago viable de la Deuda Pública, de amparo a los capitales especulativos financieros y de apertura externa favorecedora de las importaciones sustitutivas de la producción y el trabajo nacional - un nuevo escenario se abre. A partir del año 2003, y hasta nuestros días, se propone decididamente - con avances y retrocesos, aciertos y errores - desplegar una política económica y social basadaen una sociedad de trabajo, inclusiva y con creciente redistribución progresiva del ingreso. Los logros están a la vista y las asignaturas pendientes no son pocas. Lo más destacado de este período, aún abierto, es la valorización del trabajo como eje central del proceso de recuperación de la economía que en 2002 sufrió el más importante retroceso desde 1930.
La traslación del efecto del ciclo deacelerado de crecimiento económico entre el año 2003 y 2008 sobre el mundo del trabajo, se verifica, de modo positivo, en la creación de más de cuatro millones de empleos, la mayoría de ellos de carácter formal, en la reconocida reducción de las situaciones de privación social de millones de argentinos y en las mejoras obtenidas en las remuneraciones básicas de los trabajadores activos y pasivos.Esta misma lógica de la política económica se traduce en la estrategia prioritaria actual para enfrentar el impacto altamente negativo de la crisis del capitalismo mundial que se desata, fuera de nuestras fronteras, en setiembre de 2008. La política de respuesta a esa crisis, que emana del Gobierno nacional, que nadie puede negar, consiste en la defensa irrestricta de las fuentes de trabajo entodo el territorio nacional.
Las decisiones que se han venido adoptando - como la más reciente referida a la empresa Massuh y las anteriores vinculadas a las automotrices - demuestran fehacientemente, cuál es el perfil de la citada estrategia. No se ha verificado el cierre de ninguna fuente importante de trabajo - dada la presencia protagónica del Estado con iniciativas de múltiples facetasapoyadas por los trabajadores involucrados - para impedirlo. Este modelo contrasta con la persistente destrucción de plazas laborales que se verifica en otras economías, tanto de países periféricos como centrales. Diariamente, las noticias que llegan desde tales países ilustran sobre el recurrente proceso de cierre de empresas y de expulsión de centenares de miles de trabajadores de sus empleos.
Elfuturo sendero de nuestra política económica y social va a transitarse por uno u otro de las opciones que se ilustran en esta tabla. Si se persiste en la defensa de una estrategia basada en la sociedad de trabajo, el esperado proceso de recuperación de nuestra actividad productiva - que ha sufrido un fuerte golpe en estos meses pero que conserva vitalidad en amplios sectores y respaldo financiero...
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