Capitalismo De Ficci N
En esta entrega, el autor, en un alarde de madurez ha escrito una cosmovisión. Ha arriesgado mucho en un análisis tan global del mundo. La matriz que modula este libro se estructura a partir de la evolución que según Verdú ha transformado el capitalismo. En una primera etapa se desarrolló el capitalismo de producción, “en su raíz, un capitalismo fálico, autoritario”.Dicha etapa abarcaría desde el siglo XVIII hasta la Segunda Guerra Mundial. Lo que se producía, la mercancía, era el meollo de esa fase. En un segundo momento, se implanta el capitalismo de consumo, que dura hasta la caída del Muro de Berlín en 1989. “El capitalismo de consumo fue durante su breve intervalo un canon ambisex y lo significaba la desconocida igualación de sexos”. Para Verdú fueron añosen los que la sociedad capitalista enfatiza el producto envuelto en publicidad, la marca. En estos dos modos de capitalismo lo importante es gozar de bienes y servicios, sobre todo de los socialmente escasos. Pero ahora hemos entrado desde comienzos de los 90 en el capitalismo de ficción. “Ahora el capitalismo de ficción es eminentemente un compuesto de inspiración femenina. Más horizontal queerecto, más seductor que imperativo”. Verdú contempla esta etapa como la preocupación por el bienestar psicológico en una realidad de ficción.
En un principio fue el capitalismo de producción (S. XVIII hasta mitad del S.XX), después , el capitalismo de consumo, hasta los noventa, y ahora vivimos el capitalismo de ficción. Es decir, ahora el capitalismo se ocupa de las sensaciones, el bienestarpsíquico, la apariencia, la seducción, ...ahora el capitalismo es la civilización, no solamente una organización económica y social. Hemos llegado a una homogeneización global con una customización local; es decir, podemos encontrar los mismos artículos y servicios en cualquier lugar y momento pero con matices locales. Ya no existe el tiempo ni la distancia, el intercambio es inmediato y los gustoshomogéneos. Un auténtico café vienés tiene un gran "valor de uso" (tradición, estética, tranquilidad), pero el Starbucks un mayor "valor de cambio" (es chic, moderno y más caro). Esto último es lo que interesa al capital.
Todo se yuxtapone: en la antiglobalización , los católicos y los ex-marxistas, los anarquistas y los ecologistas, Médicos sin fronteras y las Madres de la Plaza de Mayo. En el otrolado, los museos que patrocinan colecciones de ropa, las peluquerías que son restaurantes, la actividad en la oficina y el hogar, PC's conectados a la televisión, etc... Antes había coches y camiones; ahora hay sport utilities, station wagons, roadsters, compactos o monovolúmenes. La mezcla perjudica la identidad, rebaja la energía de la propuesta y convierte el discurso en un mar de dudas. Noexiste la memoria del pasado, sino un presente contínuo entre lo divertido y lo distraído.
El capitalismo de consumo nos ofrecía masas de productos para consumir pero ahora, el capitalismo de ficción nos ofrece productos para hacernos sentir que somos alguien. Pero no sólo hay egonomía en el consumo.
Antes, el dolor de la existencia, los problemas, las malas rachas, ... eran catárticos, fortalecíanel alma y nos hacía más resistentes y sabios. Ahora ya no tienen sentido. Para los trabajadores stressados, hay ansiolíticos. Viagra para follar. Lifestyle drugs para el insomnio, para el cutis, para la depresión, ... lo importante es ponerse bien rápidamente, no pensar, no reflexionar. No estamos mal, solamente enfermos de forma provisional. Hay que evitar la improductividad de la tristeza y eldesasosiego que puede producir el pensamiento crítico. Estudios clínicos afirman que cuanto más se produce, más ganamos y más consumimos, las depresiones se disparan. La felicidad no se correlaciona ni con la edad, el dinero, la posición, o la inteligencia. Sólo está demostrado que se relaciona directamente con la calidad de las relaciones sociales, en su más amplio
Antes la religión, la...
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