Capitalismo
Indudablemente, el capitalismo internacional ha existido en Venezuela y sigue haciéndolo; a tales efectos negociamos nuestro petróleocrudo y otros recursos con capitalistas extranjeros a quienes también les importamos variopintas mercancías de consumo final, aunque así se estén despachando y dando el vuelto. Se trata de una suerte de cambalaches o trueques de segundo orden comercial.
También la revolución bolivariana sigue por ahora respetando ese capitalismo transnacional, pero es necesario enfatizar que el capitalismoendógeno jamás lo ha habido porque mal pudieron desarrollarse en tan corto tiempo aquellas poquísimas y pioneras empresas fabriles textileras (telas de vestir, medias) de finales del SXIX y primera mitad del XX.
En nuestras ciudades hubo zapateros y sastres; alguna que otra tenería de pequeña escala, alpargaterías, una fabriquita de hielo, de helados con mercado local, de conservas con envasesimportados; todas casi artesanales por sus rudimentarios medios de trabajo y que operaron desde sus comienzos con obsoletas maquinarias y equipos. Ninguna conoció de la tecnología involucrada en las 2 revoluciones industriales que permitieron los acelerados progresos imperiales del capitalismo inglés, francés, italiano, alemán, belga y norteamericano, imperios para los cuales sólo representamos yfungimos como clientes de sus mercancías terminadas, las mismas que todavía seguimos importando en buena parte.
Por ejemplo, Telares Branger, Valencia, operó durante muchos años con máquinas de segunda mano o de tercera y con motores desprovistos de las camisas de las poleas; hubo accidentes por esa causa: Mi abuela materna me citó el caso de una obrera a quien una de las poleas le desprendiólimpiamente su cuero cabelludo porque, además, los controles de seguridad estuvieron brillando por su ausencia durante muchas décadas[2].
Para los comienzos de los años 50 del siglo XX, en Venezuela, todo posible desarrollo del capitalismo nacional fue abortado, tragado y metamorfoseado por el llamado capitalismo rentístico petrolero. Este tipo de explotación corrió aparejado con el cacareado “éxodocampesino” que sirvió como semillero del “ejército proletario industrial” para el parapeteado montaje de falsas empresas, suerte de mamparas para la libre obtención de divisas procedentes de nuestras exportaciones de recursos naturales. No se sembró el petróleo, ni el oro ni el hierro, ni las plumas, ni los cueros. Sábese que las ensambladoras nacionales, sin tecnología propia, pueden considerarsesimples proyecciones espaciales de las fábricas de capitalistas extranjeros.
Por negligencia de un Estado complaciente o por ignorancia de sus gobernantes, esas empresas privada,s con apariencia de capitalistas, jamás dieron todo lo que pudieron haber dado, y no necesitaron perfeccionarse ni desarrollarse como empresas de capital, en el sentido ortodoxo de la palabra. En lugar de extraer plusvalíadirecta de sus asalariados, tomaban dólares[3]´del Estado, del Fisco Nacional. O sea, terminaron explotando indirectamente a los trabajadores de la industria petrolera, tanto extractiva como refinadora, y con ello redujeron en lo posible la inevitable conflictividad que caracteriza la relación obrero-patronal burguesa.
Los frecuentes casos de condonación de deudas respondió siempre a esta mismaestrategia porque algunos empresarios no corrieron con la misma suerte y debieron recurrir a la dádiva descarada del Estado para seguir manteniendo así y chantajistamente el nivel de empleo de la poca fuerza laboral en funciones subproductivas que, en lugar de dejarles plusvalía, servían para cubrían la fachada industrial requerida para justificar el trasiego de dólares registrados como...
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