Capitulo 30 31FLORIA
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Carlos Pellegrini recuerda los laureles del militar desde la co'nquista del desierto, omite sus propios agr."vios, destac;. lo que
conviene para un momento en. que las relacIOnes dlplon~atlcas con
la República de Chile habían llegado a un punto de pehgrosa tensión, y atiende sólo a la funcionalidad de un candIdato para el
ejerci~io del Poder, desde la perspectiva de ~u partid~'político
y de los aliados notables. "Roca debe ser presIdente -dlfla Pelle-
LA AGONíA
La ,,_
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grini a sus amigos-: sólo él evitará la guerra con Chile. y esa
cuestión es más importante que cualquier orró interés del país.'~
La ~andidatura de Roca S? p~!~a. pues, por tll0tivos muy próximos
a lOs. qUe~n6y-lIainadáil1os de uscgurida.~. nacional". R.Dea. era presentado con la oportunidad de lo quese. Slcnte necesano, Sin fOI7.ar
argumentos en torno de su popularidad. La habilidad y la inteli.
gencia de Pellegrini salvarían, una .Jez . más, la aliam.3 de los
notables.
La agonía unamuniana del Régimen habría de ser tan larga
como
efectiva vigencia. Desde l880 había soponado tres crisis
(le'diStinta intensidad, pero de parecida importancia, sin computar
su
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la de ese mismoaño. De tal modo, el llamado Régimen fue efee
90 Y 1910.
'1, .'
. ~ i'clJcstiónreligiosa" n~ logró producir, entonces, su fractura
v.la cuesti6n social" recién comenzaba a.plantearse. La 0eosición
~o había conse~ido la cohesión .n~ccsariap~~..:!?jr!~r_l!_
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II
I
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segunaa 3P-0rtmíi
a
finesde 1897 ha-
bfanscsumado factores favorables para la candidatura del "zorro",
que Pellegrini no desestimó. El poder militar proéuraba recobrar
la disciplina alterada por los acontecimientos de 1890, 1892 Y 1893.
El poder económico confiaba en el buen administrador de los años
~chenta. El partido, a través de Pellegrini y.con el consentimiento
del mitrismo, eligió la unidad en torno del candidatooporruno para
enfrentar una clJestión°que ocupaba. semana a semana, el primer
plano de las preocupaciones públicas: la cuestión internacional.l
1 EL. movjmiento_obr.ero.~comenzó
a constituirse entre 1~I900o
Los négro-s p2aeCl~ron dlscnmiñaci6n ..~Ií.cicl! . y sociál~Hacja 1863 hab1a
apeniS.~~iS mil en Buenos Aires: Solo dos entre catorce cólégi~ de Buenos Aires los admitím y en 1879 se: prohibíasu aC-feSo en eL Jardín. .Florid2. Los aCº'"'tecimientos~ europeos; a Su vez., 'alent1!,on la emigración de
comunistíS-':"!r~!lc;.~,_ sociald.£!!!6c~tas..alemaneS ."pc~egüi"dos por Bismarck,
comoatiemes de 11s "~erra.L~!i~español2S, cantonalis1:2s y republicanos
franceses -dc-laPñmcnRepública,
etc. Eñ" 1878 se re~
la primera_gran
hu~lg?J!.eo.la~"p~ióit-Tip.og~fiCji".
An~es.~.1.8?-2.~p~~~i!!.ose~o~os
co";tt1tuycr0-!len Bue~l!~)\~~~."
MOl)t~YI~eo
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y cqrdoba.secclOnes .dC:::la--fu!ernacl.QnaJ.En ..1887, el 10.% de la población de Buenos Aires era obrenl .. distri~ui~a.cn más de diez. nliJ-tilleceS. Numerosos periódicos reflejaban ¡¡b~OS
Ideol~cos; a menudo-en'~eHdioma ori~nal de los ~nlpos inrnlJtrantes mili-
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-.
Todo eso, más el funcionamiento de la "máquina partidaria"
del P.A. N. v la abstención de la U. C. R., explica el fácil triunfo
de la fórmu!; Roca-Quimo Cosra en un triste y apático Hac[O cívico" que fue, más bien, una formalidad. consagratoria del único
candidato presidencial en condiciones de triunfar. Vencieron los
"perpendiculares" a la política de las "paralelas" que al principio
pretendió aliar a los cívicos mitristas ';1 a los radicales.
que la
.ahstcnción radical ~. la incorporación de los líderes mirrisras a la
opción del P.A.N. terminó por quebrar.
La vuelta de Roca, doce años después. significaha parn el
La vuelta
de Julio A. ROCiI'
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~residCñfCla\'igcñcia dd Régimen:
V uclvo doce años después... El hcdlO de vcrif~carse sin interrupción en un período ya largo la tranSl1l1siém del mando, es por sí solo garanda de cstahilidad '"...
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