Capitulo 4
HACIA LA ABSTRACCIÓN
La demostración es un ídolo
ante el cual, el matemático se mortifica.
Sir ARTHUR EDDINGTON
Tras la obra de Kummer, las esperanzas de encontrar una pruebapara el último teorema de Fermat se tornaron más vanas que nunca. Además, las matemáticas habían empezado a orientarse hacia otros campos de estudio y aparecía el riesgo de que la nueva generación dematemáticos fuera indiferente a lo que parecía el callejón sin salida de un problema imposible. A comienzos del siglo XX, el problema ocupaba aún un lugar especial en los corazones de los teóricos denúmeros, pero contemplaban el último teorema de Fermat de la misma manera en que los químicos trataban la alquimia. Ambos eran un absurdo sueño romántico de antaño.
Entonces, en 1908, Paul Wolfskehl,un industrial alemán de Darmstadt, revivió el problema. La familia de Wolfskehl era conocida por su riqueza y su mecenazgo en las artes y en las ciencias, y Paul no fue una excepción. Había estudiadomatemáticas en la universidad y, aunque dedicó la mayor parte
de su vida a construir el imperio financiero familiar, también mantuvo el contacto con matemáticos profesionales y cultivó la teoría denúmeros como pasatiempo. En concreto, Wolfskehl se negó a rendirse ante el último teorema de Fermat.
Wolfskehl no era en absoluto un matemático de talento y no estaba destinado a aportar una grancontribución para dar con la demostración del último teorema de Fermat. Con todo, gracias a una curiosa cadena de sucesos iba a quedar ligado por siempre al problema de Fermat e inspiraría a otros miles avolver a aceptar el desafió.
La historia comienza con la obsesión de Wolfskehl por una mujer cuya identidad no se ha revelado jamás. Por desgracia para Wolfskehl, la misteriosa mujer lo rechazó y élquedó en tal estado de desesperación que decidió suicidarse. Era un hombre apasionado pero no impetuoso, así que planeó hasta el último detalle de su muerte. Concretó una fecha en la que se pegaría...
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