Capitulo Primero
“Si tu pupila puede sumergirse en los abismos sin sucumbir a su hechizo,léeme y sabrás amarme“
Charles Baudelaire.
En un instante fije mi mirada al flameante ambiente que rodeabami complexión, note que todo tenía un sentido, y se percibía solo con una mirada, esto me introducía hasta el punto de perder la noción, de saber que todo venía con un discernimiento implantado. Tomemi camino meditando en cuanto al sentido de mi vida. Comenzaba a retomar toda aquella situación que se suscitaba en mis pensamientos, mientras recorría sobre el césped con variedad de olores y coloresen su esplendor, veía que la perfección no existe en un hombre, aunque recordé a aquella chica que se plantó en mi con un carácter de gran bizarría, permitiendo que los latidos de un corazón llenode frialdad a tan temprana edad reaccionara sin explicación alguna, su mirada profunda encerraba las repuestas que buscaba. Estaba frete a mí, que de atónito, en ese santiamén pensé que ya habíavivido ese momento fue ver algo que pasaría, no entendí, mi día era más confuso, pensé que lo más probable es que fuese un simple deja vu, o solo un sueño que recuerdo muy claramente.Me preguntaba, tancristalina pero con poca nitidez en su puro y blanco rosto de Adamaris, un chica sentimental que en cada gota de lágrimas derrumbadas definía un carácter vehemente, apasionada en cada paso que dabamarcando una huella en la solides de la superficie y en el débil corazón de muchos, su romanticismo asía de ella una mujer fácil de conquistar pero con un corazón veraz.
Adamaris lo mira a los ojos, lepide consolación, ella nunca pensó que necesitaría algo de él, que volvería a él después de tanto tiempo, solo se sentía deplorada, solo pensar en el hecho de tener que respirar en el mismo entorno. El...
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