Caporales
Caporales. Historia de una danza
(La Paz - La Razón)
El 4 de diciembre se intentará reunir a más de 5.000 danzantes para incluir el baile en el Guinness de los Récords. La familia Estrada Pacheco da paso hoy al recuerdo.
Un toque de twist norteamericano, una pizca de la tuntuna yungueña, otro tanto del k'usillo andino y listo. Una de las danzas folklóricas más representativasdel país, los caporales, nació así hace más de 30 años de la inquieta imaginación de los miembros de la familia Estrada Pacheco.
Fue simple, "nada de complicados estudios antropológicos ni profundas investigaciones históricas", confiesa con un dejo de ironía Víctor Estrada Pacheco, quien atesora aquellos inicios en un archivo de fotografías en blanco y negro que cuelgan en las cuatro paredes desu sala. Junto a esas imágenes, un clavo resguarda el traje original de caporal con el que hace tres décadas Estrada encandiló, junto a los integrantes de la Fraternidad Urus, a los espectadores de la entrada del Gran Poder.
Esa vestimenta lleva tres años acumulando polvo en sus pliegues, pero no porque el tiempo haya dominado las dotes de bailarín de Estrada. Víctima de una insuficienciarenal, los cadenciosos pasos del danzarín de 57 años están ocupados ahora recorriendo los pasillos del Hospital General, con el único objetivo de mantenerse con vida.
Propuesta "made in" Chijini
"El folklore es para indios". Esa idea predominaba en gran parte de la sociedad boliviana a comienzos de los años 60. Entonces, las expresiones folklóricas se manifestaban casi clandestinamente en lascalles de las laderas de la urbe paceña.
Es precisamente en esos años que Víctor caminaba por las arterias de Chijini con parlantes y una surtida colección de discos de moda para amenizar fiestas juveniles.
Claro, su pasión por las expresiones folklóricas —infundida por sus padres, reconocidos promotores del Gran Poder— provocaba que de rato en rato el adolescente incluyera en el repertoriomusical alguna que otra ilustre morenada.
"No gustaba..., la gente comenzaba a silbar al escuchar los primeros acordes", recuerda sonriente.
Pero más que la música, la obsesión de Víctor, sus hermanos y un grupo de amigos del barrio Chijini eran las danzas folklóricas, en especial las autóctonas, que por esos años eran muy poco conocidas.
Con el característico ímpetu juvenil, los jóvenes formaronun cuerpo de baile que se presentaba en peñas y teatros con las danzas del k'usillo, kullawada y kallawaya.
Pero no fue hasta la presentación de los negros de Tocaña —a fines de los 60, en La Paz— que la familia Estrada Pacheco decidió arriesgarse e inventar una nueva danza, inspirada en la vestimenta y la música de los afrobolivianos.
Reconocido empresario de espectáculos fue AlbertoPacheco el primero en ser seducido ante los cadenciosos ritmos y danzas de los descendientes de África. Decidido, Pacheco gestionó la actuación de los yungueños en La Paz.
"Los comunarios le dijeron que debía pedir el consentimiento del capo, el caporal; un viejo negro de buzo, blusa y sombrero de ala ancha". Además, "tenía un machete y dos cascabeles en las botas con los que anunciaba su presencia",dice Víctor Estrada, sobrino de Pacheco.
"'¿Cuánto nos va a cobrar?', le interrogamos al caporal, y él nos dijo que no quería dinero, sino latas de sardina Lombarda. Y se las dimos".
Así, en 1969 la ciudad de La Paz presenció por primera vez las expresiones de los afrobolivianos. Y los más de 35 comunarios de Tocaña causaron una gran sensación.
"Días más tarde de esa actuación, nos reunimospara dar vida a una nueva danza que fuera tan alegre y espectacular como la de los negritos", explica Vicente Estrada, hermano menor de Víctor.
Ese día se elaboró el diseño de los trajes, confeccionados luego de forma artesanal por Víctor Estrada. Su hermano, Vicente, tomó la batuta del grupo y se encargó de recoger las ideas de sus miembros.
La indumentaria era sencilla. Elaborado con tela...
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