Caracas Del Recuerdo A La Nostalgia. Cronica De Caracas Venezuela

RESEÑA: LIBRO DEL RECUERDO A LA NOSTALGIA. AUTOR JUAN JOSE VERDE. SOBRE CARACAS EN LA EPOCA DEL 40-50. VENEZUELA.
La Iglesia de San Francisco. La Ceiba centenaria
Acaso porque la Iglesia de San Francisco, además de su status religioso estaba vinculada al mismo tiempo con la tradición caraqueña y con la historiavenezolana, en ese santuario las misas estaban revestidas de cierta categoría social que la distanciaba un poco de las otras casas de Dios.
Durante cierto tiempo, por exigencia e imposición de unos de los párrocos que allí ejercía su ministerio, el área correspondiente a los feligreses estaba distribuida en dos alas, una para los fieles del sexo femenino y la otra parael sexo masculino. Quizás esta discriminación, que impedía que estuviesen juntos unas y otros, creaba cierto interés por parte de los caballeros para quienes la presencia de las damas a la salida de la misa resultaba un espectáculo visual en verdad gratificante. La recatada conducta de los hombres durante la ceremonia y el ritual eclesiástico, consagrados como estaban a la meditación y al rezo, nopermitía manifestar otras inquietudes más terrenales, como las que evocaba la presencia de la bella mujer caraqueña, que a la salida de misa mostraba en la alegría de la risa y la picardía de su mirada todos sus encantos. Buenos momentos aquellos para evocar a Rubén Darío: “la carne que nos tienta con sus frescos racimos...”También se relacionaba esta iglesia con dos fenómenos de la naturaleza, uno de carácter universal y otro local. El primero se refiere a los tremendos aguaceros que ocurren los primeros días del mes de octubre de cada año, conocidos como “cordonazos”, quizás por alguna referencia al cordón que atan sobre sus hábitos alguna orden sacerdotal, reminiscencia seguramente del antiguo cilicio con el cualcastigaban su cuerpo los clérigos iniciados en la religión de Cristo, una forma masoquista de expiar sus pecados.

La otra reminiscencia es la del inenarrable terremoto de 1812, en Caracas, durante el cual la iglesia de San Francisco se desplomó en buena parte y allí pereció un sinnúmero de fieles que para ese momento abarrotaban laiglesia. Cuando escuchábamos o leíamos la narración de este suceso, no apreciamos en su verdadera dimensión la cuantía de los daños materiales y lo que significaba como pérdida humana para una población que prácticamente estrenaba en esos momentos su carácter de nación republicana. Si tomamos en cuenta los cálculos de Humboldt, la ciudad de Caracas tendría para entonces unos cuarenta mil habitantes,menos de los que tiene ahora cualquier parroquia; y si los muertos producidos por el terremoto de ese año correspondían a un 25% de la población, la suma de desaparecidos fue cerca de 10.000 habitantes, una cifra escalofriante, que llena de ceniza nuestra historia. Para captar esta tragedia en su verdadera dimensión basta con llevarla a la realidad actual: si Caracas sufriese hoy una catástrofesimilar, con el dicho porcentaje de bajas humanas, éstas alcanzarían un millón de habitantes.

Sobre esas dramáticas coordenadas y con el fondo de una moral deteriorada al máximo en la casi totalidad de la población, los patriotas venezolanos debieron esforzarse en construir la república. Me imaginaba, pues, a Bolívar, de pie sobreaquellos escombros, en medio de tanta desolación, tratando de levantar los ánimos, donde sólo había desesperanza y tristeza. Cuando de niño conocí la versión de estos hechos que nos trasmitían los libros de Historia Patria, como entonces se les llamaban, no comprendía la frase de Bolívar “si la naturaleza se opone lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca”. Me parecían palabras huecas,...