Caracter Adolescente

Identificación, desidentificación y resignificación en el proceso de estructuración del carácter en el adolescente.


Durante la adolescencia se contraponen múltiples y complejos juegos de fuerzas dentro de un campo dinámico, como los movimientos paradojales del narcisismo en las dimensiones intrasubjetiva e intersubjetiva y las relaciones de dominio entre padres e hijos y entre hermanos.La adolescencia se caracteriza por el encuentro con objeto genital externo, las elecciones personales más allá de los mandatos parentales, la definición de la identidad y la recomposición de los vínculos sociales. Desde la perspectiva psicoanalítica lo que particulariza a este periodo, es que representa la etapa de la resignificación retroactiva.


En este sentido el periodode la adolescencia sería a la vez un punto de llegada y un punto de partida fundamentales. Es a partir de la adolescencia que se puede colegir retroactivamente las inscripciones y traumas que en un tiempo anterior permanecieron acallados en forma caótica y latente, adquieren, en este periodo, significación y efectos patógenos, por esto se puede señalar siguiendo a Kancyper “aquello que sesilencia en la infancia suele manifestarse a gritos durante la adolescencia.”[1]

En esta fase, señala Kancyper “se resignifican por un lado las situaciones de traumas anteriores, y por el otro, se desata un recambio estructural en todas las instancias del aparato anímico del adolescente”[2], que es el reordenamiento identificatorio en el yo, en el super - yo, en el ideal del yo y en el yo ideal yla elaboración de intensas angustias que necesariamente deberá tramitar el adolescente y también sus padres y hermanos para posibilitar el despliegue de un proceso fundamental para acceder a la plasmación de la identidad: la confrontación generacional y fraterna. Esta requiere, como precondición, la admisión de la alteridad, de la mismidad y de la semejanza tanto en los progenitores, como en elhijo y entre los hermanos. Para lo cual, cada uno de estos integrantes requiere atravesar por ineluctables y variados duelos en las dimensiones narcisistas, edípica y fraterna.(

Estos recambios de objeto, originan elevadas tensiones caóticas y displacenteras, por la simultánea resignificación de la historia infantil en el adolescente y de los capítulos congelados y reanimados del pasadoinfantil y adolescente en sus hermanos y progenitores.

Las autoimágenes narcisistas son soportes figurativos que representan al “sentimiento de sí”, al sentimiento de la propia dignidad. Este es el punto de partida desde el cual el adolescente se relaciona consigo mismo, con el otro y con la realidad externa. Interviene como referente constante, que de un modo continuo participa en la estructuracióny desestructuración de su individualidad.

Estas imágenes narcisistas persisten e insisten de una manera autónoma a la voluntad, no cesan de funcionar, quedando el adolescente paradójicamente girando alrededor de sus propias autoimágenes, “pues las autoimágenes narcisistas son: desconocidas, fundamentales y singulares para cada sujeto.”[3] Desconocidas, por estar constituidas por unamultiplicidad de procesos inconscientes que permanecen vigentes, desconociendo por lo tanto su valor dinámico. Son fundamentales por ser estructurantes del aparato psíquico. Son singulares, porque se resume en ellas la historia psicoanalítica que particulariza a cada sujeto. Este asimila las autoimágenes y se transforma total o parcialmente sobre el modelo de las mismas. Es decir, se identifica: él estales imágenes. Las autoimágenes narcisistas son representaciones que satisfacen al yo la necesidad de encontrar y organizar una figurabilidad de convergencia y coherencia del yo.

Freud en 1909 emplea el término imagen viva de sí mismo extraído del Fausto de Goethe, parte I, escena 5: “El ve en la hinchada rata, la imagen de si mismo.”[4] Y describe entonces al “Hombre de las ratas” quien...