Caracteres del derecho laboral

 3 - CARACTERES DEL DERECHO LABORAL


El derecho laboral propiamente dicho en particular (conformado por el derecho individual y por el derecho colectivo del trabajo), ofrece algunas características o particularidades como rama del derecho privado respecto del derecho civil o del derecho comercial (las tradicionales y seculares ramas jurídicas ya existentes al momento de adquirir su autonomía).El derecho de la seguridad social por su lado ofrece las suyas que lo diferencian a su vez del propio derecho laboral y que no permiten confundirlo con las ramas del derecho público con las que puede tener algunas semejanzas o puntos de contacto (el derecho administrativo o el derecho tributario por ejemplo).
Vamos a reflejar ahora las siguientes características del derecho laboral, dejandootras posibles como objeto de otro tema:
1) es un derecho relativamente nuevo,
2) es un derecho tuitivo o protector (particularmente en el sentido de antiabusivo, antilesivo o compensador de desigualdades),
3) es un derecho heterónomo o restrictivo de la autonomía de la voluntad individual (aunque en un solo sentido),
4) incorporó una nueva fuente de derecho: los convenios colectivos detrabajo.


1) Un derecho relativamente nuevo

Hace su irrupción este derecho relativamente nuevo en el contexto de las ramas tradicionales del derecho privado (el derecho civil de origen romano y el derecho comercial medieval), con posterioridad a la revolución industrial inglesa y a la revolución política francesa de fines del siglo XVIII, como hitos sintéticos del proceso de acontecimientoseconómicos, sociales y políticos determinantes del contexto histórico en el que surge la necesidad de implementar un nuevo vínculo jurídico, para canalizar un tipo de trabajo personal utilizado en forma masiva como factor de la producción.
En realidad el derecho laboral empieza a surgir algo más tarde, pero más bien como una reacción frente a la forma de regular legalmente al trabajo dependien­te porparte del derecho liberal decimonónico luego de esos sucesos históricos (de fuertes tintes individualis­tas dogmáticos), o como una reacción frente al desinterés legal por regularlo de un modo especial (o por haberlo dejado prácticamente desregulado o anómico).[1]
Ese derecho liberal de un individualismo fundamentalista se había valido del antiguo contrato de locación de servicios para regularlas nuevas relaciones laborales (que es la figura contractual que aun se utiliza actualmente para las prestaciones de servicios personales en forma autónoma o independiente), una figura contractual regida por los mismos principios de los demás contratos onerosos entre particulares (como si se tratase de un contrato de intercambio más de una mercancía cualquiera). Dentro de un contexto regula­toriodonde la autonomía de la voluntad individual (léase libertad de concurrencia y de negociación entre particulares concebidas prácticamente como irrestrictas), se erigió en un verdadero dogma sustentado o justificado moralmente y políticamente por una igualdad teórica de los contratantes ante la ley.
Como en los hechos la igualdad teórica ante la ley no fue acompañada con una igualdad económicareal, se hizo patente que las partes de este contrato no resultaban tan iguales como el supuesto jurídico en que se basaba su regulación legal (que bien entendido supone asimismo una igualdad de capacidades o de condiciones para negociar). La desigual­dad de las partes en materia de capacidad fáctica de negociación dio lugar a que los "acuerdos de voluntades" así regulados (o más bien asídesregulados), se convirtiesen en típicos contratos de adhesión en los cuales los patrones estipulaban todas y cada una de las cláusulas o condiciones a su favor, que los trabajado­res necesita­dos de ingresos no tenían más remedio que acep­tar. Condiciones que resultaban desproporciona­das y no exentas de abusos del estado de necesidad, de indefensión o de desorganización de los trabajado­res, que...