carlismo

Libros

Jordi CANAL

El carlismo. Dos siglos de
contrarrevolución en España
Alianza, Madrid, 2000. 500 págs.
Alfonso Bullón de Mendoza y Gómez de Valugera
El crecido número de publicaciones sobre el carlismo que han visto la luz en los últimos años
hacía a todas luces aconsejable la publicación
de una obra de síntesis que reflejara el actual
estado de nuestros conocimientos. Se trata,ciertamente, de una tarea compleja, pues el carlismo
es un movimiento de larga proyección temporal, y hasta la fecha no hay tantos especialistas en
su estudio como especialistas en el estudio de
algunas de sus partes. Tal ocurre con el autor de
este libro, Jordi Canal, que ha trabajado fundamentalmente sobre el carlismo catalán durante
los años de la Regencia de María Cristina de
Habsburgo,lo que ciertamente se nota en su
obra, donde sólo las páginas dedicadas a este
período (231-255) tienen originalidad.
Tras un prólogo en el que se trata de destacar
el carácter novedoso de esta síntesis (carácter
del que carece), el libro se estructura en siete
capítulos (de ámbitos cronológicos muy discutibles), estando los dos primeros dedicados al
estudio del carlismo entre 1820 y 1876(pp.
28-210). Sin duda es la parte más floja de la
obra, sobre todo en lo que se refiere a la campaña realista (de la que para decir lo que se dice
es muy posible que se hubiese hecho mejor
no diciendo nada) y a la Primera Guerra Carlista, cuya dimensión el autor desconoce. Del
período de entreguerras poco cabe escribir,
porque poco se sabe, pero ciertamente Canal
habría tenido la obligaciónde trabajar algo las
páginas de La Esperanza para poder informar
más detalladamente del mismo. Por otra parte,
creo que no se resalta debidamente la campaña
de movilización política carlista anterior a la
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última guerra, sobre todo si se tiene en cuenta
la importancia que se da más adelante a la
actividad realizada en época del marqués de
Cerralbo.
Lo mejor del libro, como ya hemosdestacado, es el
estudio de los años comprendidos entre 1888
y 1900, siendo muy digna de señalar la aportación sobre los círculos carlistas. A partir de aquí
la obra vuelve a perder calidad, aunque manteniéndose en un límite discreto, al abordar el
estudio del legitimismo entre los años 1919 y
1939. Eso sí, se inserta aquí un dislate histórico
que da buena cuenta de cuán poco conoce
Canalel primer carlismo, como es su afirmación
de que «los requetés constituirán en 1936-1939
un verdadero voluntariado, más amplio que en
cualquiera de los conflictos carlistas del siglo
XIX. El número total de requetés movilizados
durante los años de la contienda ha sido estimado en un mínimo de sesenta mil». Durante
la primera guerra tan sólo quienes servían en
las filas de los ejércitosregulares de Don Carlos
(no guerrillas) en su momento de mayor esplendor ascendían a 72.000 hombres, y en la tercera
a 74.000, no siendo exagerado suponer que el
número de quienes pudieron pasar por ellas
duplicara dichos guarismos, sobre todo si se
tiene en cuenta que en la guerra civil española
nunca llegaron a 30.000 los requetés que empuñaron las armas de forma simultánea. Tanto en
estecapítulo como en el siguiente, que tiene
el mérito de estudiar la evolución del carlismo
hasta nuestros días, se notan influencias, a veces
incluso en las palabras utilizadas, de la Historia del
Carlismo, publicada en 1995 por Gabriel Alférez.
Mención aparte, al menos para nosotros, y por razones obvias, merece el epílogo: «Carlistas, historiadores e historia del carlismo», dedicado en
buenamedida a la revista Aportes y al firmante
de esta reseña. La verdad es que es un apartado
que empieza mal, pues al principio del mismo
APORTES 45, XVI 81/2001), pp. 154-183

del Consejo editorial entre mayo de 1989 y
octubre de 1992),Vicente Fernández, etc.
En cuanto a las críticas, absolutamente ad personam,
que me dirige Jordi Canal, no puedo menos
de estar asombrado. Entre las tesis...