Carlos Vaz Ferreira Montevideo 18721958 A Los Cincuenta Aos De Su Muerte 0

Carlos Vaz Ferreira (Montevideo
1872-1958) a los cincuenta años
de su muerte
LUIS VEGA REÑÓN
Universidad Nacional de Educación a Distancia (España)
El 3 de enero de 1958 moría en el Hospital Italiano de Montevideo Carlos
Vaz Ferreira. Tenía 85 años. Por diversas circunstancias personales, culturales y
sociopolíticas, “le tocaron, como a todos los hombres, malos tiempos en que vivir”,
según rezael epitafio borgiano. Creo que el cincuentenario de su muerte es una buena
ocasión no sólo para rendirle homenaje, sino para recuperar una parte viva de su
legado.
Vaz Ferreira figura entre los ocho pensadores designados por F. Romero (1952)
como “fundadores de la filosofía hispanoamericana” y entre los cinco que, según A.
Ardao (1961), han sido “fermento de su constitución independiente”. En todocaso
su figura, a través del cultivo del ensayo fragmentario como género filosófico y de las
conferencias y cursos académicos como formas de conversación, presenta el perfil
que será, a juicio de J. Gaos (1942), característico del pensador hispanoamericano.
Hoy es, sin embargo, un autor poco nombrado y aún menos leído: su obra parece
confinada en su Uruguay natal, como él mismo lo estuvo durante su vida,solo que
quizás con menos visitas y menor reconocimiento que las que entonces tuviera. En
nuestro propio medio, cabe recordar la especial atención que mereció a Unamuno,
con quien se carteó de modo esporádico entre 1906 y 1924. Unamuno, en carta a José
Mª Salaverría (28 de mayo de 1910), le confiaba a propósito de Hispanoamérica: “No
conozco sino un hombre de veras sólido y él uruguayo. No, Rodóno. (…) Es Vaz
Ferreira”.
Pero ¿tiene sentido ahora ir más allá de un recordatorio reparador o de oficio?
¿Pueden decirnos o sugerirnos algo su escritura franca y directa, su discreto y lúcido
modo de pensar, sus “larvas de ideas”? Esta caracterización, también de Unamuno,
fue asumida de buen grado por quien reconocía que, en su obra, había mucho
pensamiento “simplemente entrevisto, sugerido, a mediopensar”, y en 1938 titulaba
Fermentario una recopilación de ensayos, algunos germinales y de juventud. Por lo
demás, cuadraba con una convicción de Vaz fundada en su distinción entre “pensar
por sistemas” y “pensar por ideas a tener en cuenta”. El pensar por sistemas nos
remite a algo destinado a cumplirse en todos los casos; el pensar por ideas observa o
anota algo que convendrá tomar enconsideración cuando reflexionemos o juzguemos
sobre el particular. El primer procedimiento es adecuado para tratar en general de los
objetos abstractos y de los casos homogéneos que contemplan las ciencias exactas; el
segundo es el indicado cuando hay que habérselas con cuestiones de grado y matiz,
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y concasos singulares y concretos como los que se suelen presentar en las ciencias
humanas y en el discurso práctico. Este es el proceder que adopta Vaz hasta el punto
de que sería un error querer identificarlo por relación a una doctrina o un sistema
(¿positivismo?, ¿pragmatismo?, ¿eclecticismo?); él es un fino cultivador de gérmenes:
observaciones, reflexiones y apuntes a tener en cuenta. Pues bien, enatención a sus
larvas de ideas, el propósito de esta nota no será necrológico en absoluto. Lo que me
propongo es mostrar y reactivar algunos aspectos de su legado que bien podríamos
considerar vivos.
Para empezar por los más genéricos, recordemos por ejemplo su actitud discreta y
sutil ante las ideas de su tiempo, desde las matemáticas y físicas hasta las psicológicas
y pedagógicas, pasando por lassocio-políticas; su cultivo tan riguroso como sensible
de la filosofía; su defensa del “quijotismo de la razón” frente a quienes —Unamuno una
vez más— contraponían la sinrazón, supuestamente castiza, a la lógica discursiva; o,
en fin, su empeño en llenar de lucidez y vaciar de énfasis el ejercicio del pensamiento.
Otro aspecto de su legado que también conviene reanimar en nuestro medio académico...