Carlos

INSTRUMENTO DE TRABAJO #1

MOTIVACIÓN

¿Cómo lo vamos a saber si nadie nos orienta? (Cfr. Hch 8,26-40)

“El Ángel del Señor dijo a Felipe: ¡Levántate! Dirígete al Sur, al camino que conduce de Jerusalén a Gaza –un camino desierto-.» Él se puso de camino.

Sucedió que un eunuco etíope, ministro de la reina Candaces y administrador de sus bienes, volvía de una peregrinación a Jerusalén,sentado en su carroza y leyendo la profecía de Isaías. El Espíritu dijo a Felipe: «Acércate y camina junto a la carroza.» Felipe la alcanzó de una carrera y oyó que estaba leyendo la profecía de Isaías, y le preguntó: « ¿Entiendes lo que vas leyendo? Contestó: « ¿Y cómo voy a entender si nadie me lo explica?» Y lo invitó a subir y sentarse junto a él.” (Hch 8,26-31)

En el proceso de MisiónContinental que vive toda América Latina, y particularmente la Arquidiócesis de San José resultan inquietantes las palabras del Eunuco al Diácono Felipe: ¿Cómo lo voy a saber si nadie me lo explica? Vivimos en medio de un mundo cada vez más secularizado y relativista donde muchos no tienen conocimiento de la Palabra de Dios, a pesar de que se confiesan cristianos, y ni se diga de aquellos que rechazandel todo la fe cristiana. Son hombres y mujeres que difícilmente buscaran por sí mismos un Encuentro con Cristo, son hombres y mujeres que viven en una familia, donde tal vez no todos sus miembros están alejados de la fe y de la Iglesia, pero sí viven dentro de ella una serie de situaciones difíciles y dramáticas que nos preocupa a todos y a la vez nos invita a dejar impulsar por Espíritu Santopara escuchar aquella petición dirigida a Felipe: ¡Levántate!, y como él ponernos de camino para acercarse y caminar junto a cada familia, que camina por caminos difíciles, de desierto.

Cada familia es como una carroza donde viajan muchas veces personas, esposos, esposas, padres y madres (a veces solos), hijos, hijas, hermanos y hermanas, abuelos y abuelas, hombres y mujeres que no comprenden larazón de sus heridas familiares y que necesitan de alguien que les explique, que les oriente. “Acércate y camina junto a la carroza”, hoy podríamos interpretarlo como un llamado misionero a acercarnos a la carroza de cada familia para caminar junto para ayudarles a sanar sus heridas y así puedan alcanzar plenitud de vida humana y cristiana. El Papa Benedicto XVI expresó en Aparecida que “Lamisión no se limita a un programa o proyecto, sino que es compartir la experiencia del acontecimiento del encuentro con Cristo, testimoniarlo y anunciarlo de persona a persona, de comunidad a comunidad, y de la Iglesia a todos los confines del mundo” (DAP 145). Esta experiencia sólo si salimos a tocar la puerta de la casa de cada familia para ser invitados a entrar en sus casas (montarnos en suscarrozas) y nos sentamos junto a ellas para iniciar el diálogo, lleno de caridad y el respeto, que lleva de la mano hasta la conversión

“El texto de la Escritura que estaba leyendo era el siguiente: «Como cordero llevado al matadero; y como oveja ante el esquilador, muda, así él no abrió la boca. Lo humillaron negándole la justicia; ¿quién podrá hablar de su descendencia ya que su vida es arrancadade la tierra?» El eunuco preguntó a Felipe: «Dime, por favor, ¿por quién lo dice el profeta? ¿Por sí mismo o de otro?» Felipe tomó la palabra y, comenzando por aquel texto, le anunció la Buena Nueva de Jesús. (Hch 8,32-35)

Cuando nos acercamos a una familia y nos sentamos a dialogar con ella, debemos partir de sus cuestiones más vitales, más humanas, con caridad, con respeto, como decíamosanteriormente. En la visita la primera tarea es presentarse amistosamente y hacer ver nuestra actitud de escucha. La gente anda como ovejas sin pastor, necesita ser orientada y para poder acompañar necesitamos saber cuáles son sus heridas más profundas, sus necesidades existenciales reales. No podemos ni siquiera suponerlas. A ellas nos acercamos para iluminarlas en sus dudas y no para pretender...