carmen

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Al siguiente día Enrique le llamó a ___________ como a las nueve de la mañana.

—¿Hola?
—Hola, espero no despertarte.
—No —contestó tranquila— vengo de llevar a los niños a la escuela.
—Ah que bueno... ¿tienes algo que hacer?
—Pues iba de regreso a la casa ¿necesitas algo? 
—Bueno, yo también acabo de dejar a Emma y pensé invitarlos a desayunar, pero ya que estás sola te invito sóloa ti.
—Mm, ok, ¿dónde te veo?
—Tú pon el lugar.
—¿Recuerdas el lugar al que fuimos una vez en la noche y que me encantó?
—Sí, pero sólo abren en la noche.
—Mmm...
—¿Te acuerdas que hay un restaurante cerca de la casa donde vivías antes?
—Claro, estoy cerca.
—Bueno, te veo ahí.

Ella llegó primero, ya que se encontraba más cerca, al parecer si no pedía algo no podía quedarse por lo quepidió un jugo.
Enrique llegó y la ubico y fue a sentarse con ella.

—Hola —Lucía guapísimo, con un traje negro y ese aspecto de alegría en todo momento. 
—Hola.
—¿Tienes mucho tiempo aquí? 
—Casi nada.
—¿Ya ordenaste?
—Sólo esto o abandonaba el lugar.
—Oh...
—¿Va a ordenar algo señor? —La mesera que había atendido antes y de mal gusto a __________ ahora estaba con una enorme sonrisaignorandola y dirigiéndose sólo a él— Le recomiendo los huevos del día, tienen jamón o tocino según prefiera ensalada y jugo de naranja, zanahoria o toronja.
—Está bien, con jamón y jugo de naranja.
—Claro, ¿usted?
—Lo mismo, por favor. 
—Con permiso —Enrique se rió cuando la chica se alejó.
—¿De qué te ries? —prguntó ella sin tener idea.
—Imaginé que de ser Vianey le habrías arrojado el florero—señalo el bonito centro de mesa, ella rió.
—Quizá tengas razón.
—Obvio, señorita...
—No me digas así... niñero.
—No me digas tú así.... nah, la verdad me encanta, hazlo —los dos rieron.
—¿Por qué dejaste de hacerlo?
—Porque Emma me lo pidió, cuando ella llegó yo me sentía mal por las razones que ya sabemos y al conocerla se convirtió en lo más importante para mí, una vez me escuchó hablandocon mi madre y ella me decía que si seguía en eso me podía pasar algo y bla, bla, bla, Emma se asustó y me hizo prometerle que no lo haría más.
—Claro...
—Aunque la verdad el hospital sigue sin encantarme, enfermos, muerte, no es mi estilo.
—Seguro has salvado a muchos.
—Por alguna razón siempre te va a importar más a cuantos has perdido, sobretodo siendo niños, ver a sus familias, sus madres.—Sí... no es fácil que le digan a una que su hijo puede morir.
—¿Lo dices por Emily?
—Sí. El mismo día que supe que iba a nacer, me dijeron que podía morir y fue devastador. 
—Seguramente... ¿has pensando en tener más hijos?
—Mm, no lo sé, sí lo pensé pero no quiero que pase lo mismo que con ella.
—No tiene por que, cuando Emily iba a nacer tú prácticamente eras una adolescente que se lapasaba en fiestas, bebías y no estabas en el mejor momento de tu vida, ahora eres una mujer, más segura y fuerte, perfectamente podrías armar un equipo de fútbol.
—¿Es una propuesta?
—No es mala idea —volvieron a reír.
—Una vez me dijiste que querías tener tres hijos, los tienes.
—Lo sé, pero la verdad, creo que me hace cierta ilusión todo eso de "seremos papás" y verlos nacer, que aprendan acaminar, hablar... a los tres los conicí siendo ya muy independientes.
—Supongo... ¿Y por qué no tuvieron más hijos, si se puede saber?
—No podíamos, desde muy chiquita Emma quería tener hermanos, pero jamás pasó, al menos no aquí.
—Cada vez me haces sentir más culpable.
—Te juro que no es la intención.

Siguieron comiendo y recordando muchas cosas sin dejar de sonrerir. Finalmente el desayunose termino. Enrique llamó a la mesera con una seña, ella se acerco igual o más coqueta que antes.

—¿Desea algo más señor? 
—La cuenta por favor.
—Un minuto —se fue y en seguida volvió dejó una cartera de cuero café sobre la mesa, Enrique la tomó pero __________ se la quitó.
—¿Qué te pasa?
—Yo pago —dijo ella buscando en su bolsa.
—Yo te invité —dijo él tomandola de nuevo, busco su...