Carnal

Constance.
En tiempos lejanos donde las Doncellas y los reyes cantaban y hacían manjares, donde existían los héroes y el coraje y el valor prevalecían estaba yo. Yo el caballero Canec , hijo de campesinos criado en las praderas pero con un corazón que ardía en cada batalla. Era El siglo XV y el medievo, como años después le llamarían, estaba en pleno apogeo. El rey era un hombre rico pero yaviejo y en el reino se decía que pronto iba a morir. Mi Rey tenía solo un hijo cuyo nombre era “Frederik” era apenas un joven de 16 años que no había peleado ninguna batalla allá en los prados contra los cruzados y los barbaros. Ellos amenazaban con atacar al reino pues su avaricia era cada vez más y más grande. Ahora el joven príncipe que pronto seria Rey tendría que madurar pronto pues en elaire se podía sentir la melodía de la tragedia.

Era una noche como cualquier otra y yo me encontraba descansando en el pecho de mi amada. Ella era tan hermosa como mil soles. Sus ojos eran verdes como el pasto de los valles y su piel tan blanca como la nieve de las montañas lejanas. Su nombre era “Constance” ella era hija de un caballero legendario…. Era hija de mi maestro que había muerto enla última gran batalla. El silbido de la noche acechaba como un cazador y los guardias que vigilaban la muralla de nuestro reino para prevenir cualquier situación de peligro estaban alertas. Yo no podía dormir pues ya hace varios días que el sueño no llegaba a tocarme y me encontraba nervioso y vacío.
Recordé que mi padre decía que la noche era tu amiga pero si no tenías cuidado ella te cazaríacomo un vil depredador y él tenía razón pues en ese momento los guardias del reino salieron a ponerse en sus posiciones y entonces Constance en un movimiento nervioso se levanta y toma mi mano. Flechas de fuego empezaron a caer como lluvia a nuestro alrededor, parecía como si el cielo escupiera fuego y entonces sucedió lo que temía que pasara… una flecha perforó el pecho de mi amada desvaneciéndolaentre mis brazos y arrancándola de mi para siempre.

Los Silbidos de las flechas parecían rayos que alcanzaban todo a su alrededor pero mi quería Constance ya se había ido de mi lado. Sus manos ya estaban frías, su alma ya se había elevado hacia los cielos.

Me levante del suelo con tremendo odio y me puse mi armadura y tome mi espada pues el reino estaba siendo atacado con una fuerzaincreíble. Los muros del reino parecían impenetrables mientras que detrás de ellos catapultas y guerreros se preparaban para matarnos.
Salí corriendo hacia el patio para buscar a Frederik pues yo era su escolta personal. Todo adentro era un desastre, niños y niñas, mujeres y hombres gritando, el rey había muerto en el momento menos indicado por que una flecha lo alcanzó. Ahora Frederik es rey y seencontraba frente a mi pálido y quieto pues su padre había muerto, ahora es rey y afuera se acercan un montón de cruzados a masacrarnos. Frederik me conocía desde que él era un bebe, siempre estuve como su guardia principal pero ahora estaba de rodillas contra el suelo… él estaba destrozado. Minutos después tomo su espada y empezó a ordenar: Traigan más arqueros, traigan las catapultas, mandenmujeres y niños a los subterráneos y todos los hombres que puedan pelear que tomen una espada y peleen.
Todos los caballeros del reino estaban en sus posiciones, sabíamos que esto iba a ser una masacre pero teníamos que pelear por el honor de nuestro rey. A lo lejos se escuchaban los gritos de guerra de los cruzados, sus pasos se escuchaban cada vez más cerca… como si un gran monstruo estuviera apunto de entrar.
Frederik ordenó que todas las tropas se prepararán para luchar y todo aquel que fuera capaz de pelear tomara las armas para la batalla… esto era una muerte segura y solo Dios podría salvarnos.
La noche era abrumante y el silencio era el ruido más atroz de todos. Las tropas enemigas estaban en completo silencio y las nuestras también.


Frederik me hablo con un tono triste y...