carrera filosofa

 Todo empezó cuando a mi padre le trasladaron en el trabajo... Mi padre trabaja en IBM y le trasladaron a una nueva sucursal que acababan de inaugurar en Nueva York. La idea de mudarnos tan lejos no nos gustaba nada, sobre todo a mi madre, que decía que le causaba una gran desazón y a partir de ahí, toda nuestra vida cambió.
A nuestra llegada a La Gran Manzana cogimos un taxi que nos llevaríaa la que sería nuestra nueva casa. Iba sentado al lado de la ventanilla junto a mi hermana y mientras observaba, me pareció una ciudad inhóspita, abarrotada de gente y con muchísimo ruido. En un principio, me resultó un tanto desagradable y empecé a sentir un poco de angustia.
Por fin, llegamos a nuestra nueva casa, tras un viaje agotador. Por fuera, la casa era grandiosa, más bien parecía unamansión, comparada con el piso donde vivíamos en Madrid. Al entrar en ella, el aspecto era totalmente diferente, parecía un lugar abandonado y aterrador. Rápidamente subí al piso de arriba para poder elegir la habitación que más me gustase antes de que mi hermana lo hiciera, aunque parecían todas un tanto desagradables. Al final, elegí una con grandes ventanales que me parecía más acogedora. Teníalos muebles en madera de roble con un trazado casi perfecto, una cama bastante amplia y un gran armario, las paredes estaban llena de cuadros un tanto siniestros que parecía que me estaban observando. En una esquina había una mecedora balanceándose que me llamó poderosamente la atención, ya que las ventanas estaban cerradas y no corría aire.
Cuando todos estábamos instalados, mi madre nos llamóy fuimos a echar un vistazo al resto de la casa, cuando ya lo vimos todo más a fondo no nos pareció un lugar tan amenazador, aunque a decir verdad el jardín parecía un tanto lúgubre como si escondiera algún terrible secreto. La zona del desván era bastante más vieja y estaba más sucia que el resto, era un lugar sombrío. En un rincón encontramos una puerta atrancada y la curiosidad nos llevó aquerer abrirla, mi padre usó un hierro corroído que encontramos en el suelo para hacer palanca, por fin, la puerta cedió. El primero en entrar fue mi padre, el lugar estaba lleno de telarañas, las paredes estaban cubiertas de moho, un olor nauseabundo como a putrefacción me invadió y empecé a sentir un miedo atroz, me sentía ahogado porque ese cuartito era inquietante, tenebroso, incluso sentía algomaligno en su interior. Al fondo de la sala había una estantería llena de libros de terror, algunos sobre profecías e invocaciones, otros sobre vampirismo, en el que aparecían toda clase de monstruos e historias aberrantes. Al lado, sobre una mesa desvencijada, había antiguos utensilios de tortura, aquella sala parecía la sala de los horrores, era repulsiva. Salimos corriendo todos de allí con granangustia y mucho temor en el cuerpo.
Como estábamos todos un poco asustados quisimos salir de aquella casa. Mis padres nos invitaron a cenar fuera, nos acercamos a un restaurante que había cerca de allí y mientras cenábamos se nos acercó un señor, con pinta de buena persona y nos preguntó que de dónde veníamos. Mi padre le explicó que nos habíamos trasladado desde Madrid por un tema de trabajoy que nos acabábamos de alojar en nuestra casa, pero que parecía una casa fantasmal y le contó de nuestros hallazgos. A Harry, que así se llamaba el señor, se le cambió la cara porque él había escuchado muchas historias perniciosas sobre aquella mansión. Nos contó que la casa parecía tener vida propia y que estaba controlada por un fantasma que habitaba en ella. Este ente parecía ser la malignidadpersonificada y que nunca consentiría que nadie viviera en su hogar.
Mientras volvíamos, el silencio se apoderó de nosotros, ninguno se atrevía a comentar la terrible historia que nos había relatado Harry.
Cuando llegamos la casa parecía más mortuoria que antes y el jardín solitario ponía los pelos de punta, además de que la negrura de la noche no nos dejaba ver nada, estábamos en una...