carrera
MEDITACIONES METAFISICAS
Silvia Fernanda Molina Bohada
1101
Néstor
Filosofía
San José de castilla
Sede ‘A’
Bogotá D.C 2014
MEDITACIONES METAFISICAS DE RENE DESCARTES (1641)
EXPLICACION Y CRÍTICA DE LA SEGUNDA DE LAS SEIS MEDITACIONES
La segunda es que, del hecho de que yo tenga la idea de una cosa más perfecta
que yo, no se sigue que laidea misma sea más perfecta que yo, y mucho menos
que exista aquello que se representa por la idea. En la Meditación Segunda,
(SOBRE LA NATURALEZA DEL ALMA HUMANA Y DEL HECHO DE QUE ES
MÁS COGNOSCIBLE QUE EL CUERPO), la mente que, usando de su libertad
congénita, supone que todas esas cosas no existen (aun aquellas cuya existencia
es casi indudable), se da cuenta de que no puede ser que ellamisma no exista. Lo
cual es de gran utilidad, puesto que de esta manera se distingue fácilmente qué es
lo que atañe a sí misma, es decir, a la naturaleza intelectual, y qué es lo que se
refiere al cuerpo. No dudaba ni siquiera del cuerpo, sino que me parecía conocer
definidamente su naturaleza, la cual, si hubiese intentado especificarla tal como la
concebía en mi mente, la hubiera descritoasí: como cuerpo comprendo todo aquello que
está determinado por alguna figura, circunscrito en un lugar, que llena un espacio de
modo que excluye de allí todo otro cuerpo, que es percibido por el tacto, la vista, el oído, el
gusto, o el olor, y que es movido de muchas maneras, no por sí mismo, sino por alguna
otra cosa que le toque; ya que no creía que tener la posibilidad de moverse a símismo, de
sentir y de pensar, podía referirse a la naturaleza del cuerpo; muy al contrario, me
admiraba que se pudiesen encontrar tales facultades en algunos cuerpos. Sic Pag 17.
Pero dado que quizás algunos esperarán en este lugar los argumentos sobre la
inmortalidad del alma, creo que se les ha de advertir que no se ha intentado
escribir nada que no pueda demostrar diligentemente; por lotanto, no se ha
podido seguir otro orden que el usado por los geómetras, es decir, pasar por alto
todo lo que depende de la proposición buscada antes de que se haya definido ésta
misma. Lo primero y más principal que se requiere para conocer la inmortalidad
del alma “¿Qué diré por último de ese mismo espíritu, es decir, de mí mismo? En efecto,
no admito que exista otra cosa en mí a excepción de lamente.” Sic. Pag. 20; es formarse
un concepto lo más claro posible y diferenciado en absoluto de todo concepto del
cuerpo, y esto se ha hecho allí; se requiere, además, saber que todas las cosas
que conocemos de un modo claro y definido son verdaderas, lo cual no se
demuestra antes de la meditación cuarta, y que se debe tener un concepto claro
de la naturaleza corpórea, lo cual estratado, parte en la segunda, parte en la
quinta y sexta; y que de ello se debe concluir que todas las cosas que se conciben
clara y definida-mente como substancias diversas, como se concibe al alma y al
cuerpo, son en realidad substancias diferentes recíprocamente entre sí, lo cual se
demuestra en la sexta; esto es, además, confirmado en ella por el hecho de que
no concebimos a ningún cuerpo sinocomo divisible ¿Qué soy? Una cosa que piensa.
¿Qué significa esto? Una cosa que duda, que conoce, que afirma, que niega, que quiere,
que rechaza, y que imagina y siente. Sic Pag 18. y, por el contrario, a ningún alma sino
como indivisible: ya que no podemos imaginar la mitad de ningún alma, como
podemos hacerlo respecto de cualquier cuerpo por exiguo que sea; de modo que
sus naturalezas nosólo son diversas, sino también en cierto modo contrarias. No
he tratado más sobre este asunto en este libro; no sólo porque sobra lo anterior
para demostrar que no se sigue la muerte del alma a la corrupción del cuerpo y
han de esperan los mortales una vida ulterior, sino también porque las premisas
de las que se puede deducir la inmortalidad del alma dependen de la explicación
de toda la...
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