Carta De Juan Pablo Ii a Los Artistas
El esplendor de la belleza
Es un hecho, comienza diciendo el Papa, que el cristianismo, con mayor o menor fortuna, se ha aliado con el arte. Desde los primeros tiempos, la Iglesia ha necesitado de los artistas para el anuncio del Evangelio. Los primeros símbolos de la Eucaristía –el pan y los peces–, las basílicas, la poesía de los himnos y oraciones,el canto gregoriano, son tan sólo algunos ejemplos precoces de esta fecunda colaboración entre arte y fe. La Iglesia nunca ha despreciado la palabra y la imagen, la música y la materia para difundir su mensaje. Lo contrario supondría incluso caer en una herejía: la de los iconoclastas (cfr. n. 7).
Evangelio hecho cultura
En la Edad Media el arte quedó perfectamente integrado en la culturacristiana. Mientras en Oriente los iconos mostraban el rostro inefable de Dios, en Occidente surgían distintos estilos artísticos, como el románico y el gótico. La fe, el arte y la geometría se aliaban para construir las catedrales. "Una entera cultura, aunque siempre con las limitaciones propias de lo humano, se impregnó del Evangelio y, cuando el pensamiento teológico producía la Summa de santo Tomás,el arte de las iglesias doblegaba la materia a la adoración del misterio, a la vez que un gran poeta como Dante Alighieri podía componer el poema sacro, en el que han dejado sus huellas el cielo y la tierra, como él mismo llamaba a la Divina Comedia" (n. 8).
El Humanismo y el Renacimiento serán también buenos colaboradores del cristianismo. Buena muestra de ello es la obra de Miguel Ángel,Rafael, Bramante, Bernini y Borromini –entre otros– en el ámbito de la arquitectura y las artes plásticas; o Palestrina y Victoria en la música, por citar únicamente algunos ejemplos. Pero no sólo se presentarán obras de arte cristianas en el ámbito del arte sacro y religioso; también parte de la cultura renacentista queda de nuevo impregnada por el espíritu cristiano. "Baste pensar en el modo en queMiguel Ángel expresa, en sus pinturas y esculturas, la belleza del cuerpo humano" (n. 9).
La separación
Sin embargo, no escapa al lector de esta Carta que, en este recorrido histórico sobre la colaboración entre la fe y el arte, queda un gran vacío, un largo silencio. Surgen dudas. ¿Será el barroco también un arte cristiano? ¿Por qué aparecen menos artistas cristianos en el Siglo de las Luces,en el romanticismo y en el realismo? ¿Qué decir de las vanguardias de este siglo o de la situación actual del arte? El Papa sale al paso de nuestras dudas: "Es cierto, sin embargo, que en la edad moderna, junto a este humanismo cristiano que ha seguido produciendo significativas obras de arte, se ha ido también afirmando un humanismo caracterizado por la ausencia de Dios, y con frecuencia por laoposición a Él". Sin embargo, "incluso en las condiciones de mayor despego hacia la Iglesia, el arte continúa siendo una especie de puente tendido hacia la experiencia religiosa" (n. 10).
El arte se ha separado de la Iglesia, y viceversa. Surge ahora una iconoclasia no deseada, y el mejor arte no se encontrará en las iglesias, y ni siquiera estará impregnado por el espíritu cristiano. Parece comosi, a veces, en el arte hubiera muerto Dios. A pesar de todo, la Iglesia –como en tiempos pasados– sigue necesitando de los artistas, y Juan Pablo II hace un llamamiento a todos ellos: pintores y escultores, arquitectos y músicos, poetas y escritores, actores y cineastas, y tantos otros (cfr. n. 12). "Con esta carta –sigue diciendo Juan Pablo II– me dirijo a vosotros, artistas del mundo entero,para confirmaros mi estima y para contribuir a reanudar una más provechosa cooperación entre el arte y la Iglesia" (n. 14).
Pero además, sostiene el Papa, el arte necesita de la Iglesia. No sólo como fuente de mecenazgo o de inspiración de sus obras, sino para hacer un arte mejor. "¿No es acaso en el ámbito religioso donde se plantean las más importantes preguntas personales y se buscan las...
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