Carta De María

Mi amadísimo hijo… La noche se cierne sobre las almas; se cierra el cielo ante la Cruz del Salvador. Y mi propósito es, como en cada segundo, protegerte. Estar a tu lado, cubrirte con mi manto. Él,que me dio la misión de Madre de la Humanidad y de protegerte y de velar por tu corazón, debo decirte, día a día, que la vida en gracia es posible. Es posible, y es la única fuente de salvación.Nuestro Padre que ve en cada rincón de nuestra alma, en su misericordia, regala la gracia del perdón, te da la oportunidad salvífica de redimir tu corazón. Y, mi hijo, en su sacrificio, en su amorsobrenatural, en su infinita misericordia, dio la vida por ti; pero, sobre todo, por tu conversión. La vida en el pecado es la herramienta del mal para triunfar. Pero, en su lucha ya perdida de antemano, elmaligno intenta llevarse todas las almas posibles. Pero yo, tu Madre, estoy a tu lado.
Hijo mío, que vives en el pecado, en tu actitud de soberbia, de no aceptar a Nuestro Padre, de no volver a sulado, de negar la fuente de toda existencia, de estar al acecho de nuevas formas de vivir fuera de la gracia y de la felicidad de una vida digna. Hijo mío que cada día estás más cerca de destruir tuplaneta, tu vida, la Creación que el Padre ha dejado en tus manos. Hijo, que te dejas consumir por los placeres efímeros del mundo, de la carne, del pecado. Hijo mío, que cada nuevo día tienes másherramientas para adquirir poder, dinero, destrucción. Hijo mío que restas importancia a la vida, que no cuidas a tus hermanos, que no velas por el mayor regalo que tu Padre te ha dado, LA VIDA. Hijo, quetratas a la vida como un problema, que nos ves la inmensidad en los ojos de un bebé, que estás preocupado por los bienes materiales y terrenos, pero que no ves La Gran Verdad de la Salvación. Hijo, queno vives la vida, que la sobrevives; que estás lejano a la realidad del amor; que no conoces la fuerza de la oración; que no has medido la importancia de convertirte, de creer en tu salvación; que...