Carta Encíclica: Divini Illius Magistri De Su Santidad Pio Xi Sobre La Educación Cristiana De La Juventud.

La situación general de nuestra época, la agitada controversia actual sobre el problema escolar y pedagógico en los diferentes países y el consiguiente desea que nos ha sido manifestado con confianzapor muchos de vosotros y de vuestros fieles, por la juventud, nos mueven a tratar de nuevo y a fondo este tema, para resumir al menos los principios supremos, iluminar sus principales conclusiones eindicar sus aplicaciones prácticas, con interés y afecto, dedicamos a la amada juventud y a cuantos tiene la misión y el deber de consagrarse su educación.
Nunca se ha hablado tanto de la educacióncomo en los tiempos modernos; se multiplican las teorías pedagógicas, se propones y discuten métodos y medios para crear un educación nueva de infalible eficacia, que capacite a las nuevasgeneraciones.
La razón de este hecho es que los hombres, al advertir la insuficiencia de los bienes terrenos para la verdadera felicidad de los individuos y de los pueblos sienten por eso mismo un más vivoestimulo hacia una perfección más alta y quieren conseguir esta perfección por medio de la educación. Muchos de nuestros contemporáneos pretenden extraer esa perfección de la mera naturaleza humana. Estemétodo es equivocado, porque, en vez de dirigir la mirada a dios, primer principio y último fin, se repliegan y apoyan sobre sí mismos, adhiriéndose a las cosas terrenas y temporales, y así quedanexpuestos mientras no dirijan su mente y su conducta a la única meta de la perfección, que es dios, según San Agustín >.
La educación consiste esencialmente en la formación del hombre tal cual debe ser ydebe portarse en esta vida terrena para conseguir el fin sublime para el cual ha sido creado, es evidente que así como puede existir educación verdadera que no esté totalmente ordenada hacia este finúltimo, no puede existir otra completa y perfecta educación que la cristiana. Lo cual demuestra la importancia suprema de la educación cristiana, no solamente para los individuos, sino también...