carta ottawa
En aquel momento se reclamaban cinco innovaciones que, bajo la perspectiva de la crisis actual podrían leerse así:Elaborar políticas públicas saludables, puesto que la salud de cada uno depende tanto o más que de las intervenciones de los sistemas sanitarios, de otros condicionantessociales y colectivos como la educación, o la distribución más justa de la riqueza.
Crear entornos favorables, porque que la salud depende también de las condiciones de vida y detrabajo, del urbanismo y de la vivienda.
Reforzar la acción comunitaria, ya que sin la participación activa de la ciudadanía, libre y emancipada, ésta no se puede hacerresponsable del control de la salud y de sus determinantes.
Desarrollar las aptitudes personales, para que los ciudadanos sean lo más autónomos posible y puedan librementeejercer la responsabilidad necesaria para controlar mejor los factores que condicionan su salud.
Reorientar los servicios sanitarios, de modo que ofrezcan aquellos servicios queefectivamente mejoran la salud y que eviten el consumo inapropiado y los efectos adversos de la medicina que hoy en día constituyen un problema principal de salud pública.
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