Carta para Paulo Freire

Querido Paulo:
Mi nombre es Rina, y estoy cursando algunas materias de segundo año de la Licenciatura en Ciencias de la Educación, y aunque no nos conocemos, le hago saber que le escribo a pedido de mi profesora de Teoría de la Educación II, docente de cuya sabiduría soy testigo, pero de la cual tengo mis dudas acerca de su “coherencia”, pues nos propusoescribirle una carta, aún sabiendo de su fallecimiento en 1997, ¿puede entenderlo Ud.?
Más allá de este comentario irónico y sin malas intenciones, con el cual inicio de modo coloquial esta misiva, le hago saber lo difícil que es para mí, esta tarea, pues cuando uno piensa en qué decirle a un personaje como Paulo Freire, de inmediato surge de nuestro interior una advertencia: “¿Qué le puede importar aalguien como Freire lo que tú le digas?”
Si bien ésta fue mi reacción y mi miedo al principio, como previamente debíamos leer su obra, y curiosear sobre usted en Internet, luego de hacerlo, el miedo se perdió, pues en muchas oportunidades leí sobre su costumbre, su “buena costumbre” de escuchar a los alumnos, su exaltación de un saber necesario para la práctica docente: “el saber escuchar”,lo cual me dio el coraje suficiente para realizar la tarea.
El “querido” Paulo inicial, responde con todo respeto, a un impulso espontáneo de responder a un sentimiento de afecto, que ha surgido de la experiencia de acercarme a su vida a través de la lectura y de los videos que sobre Ud. he visto. Profesor Paulo Freire es Ud. un ser admirable.
Sus consejos en cuanto alas virtudes de un educador crítico, tales como la “coherencia entre lo que se dice y lo que se hace”, la “paciencia impaciente” y la “tolerancia”, me han hecho reflexionar sobre algunas cuestiones como por ejemplo, el pensar que no podré enseñar a ser democrático a alguien, si no le doy la oportunidad de aprender, en un clima democrático, esto es, escuchándolo y respetándolo como igual, aunquesea diferente, tolerando sus discrepancias conmigo y aprendiendo de ellas, en vez de acallarlas, con lo cual también le enseñaré a ser tolerante a él.
Considero iluminador para mí, el respeto que Ud. propugna por el “saber de experiencia” que poseen los sectores populares, ése saber que menosprecian o desconocen los intelectuales y al que arrogantemente oponen “su saber riguroso” como supremo,ese saber práctico que vale la pena rescatar, para que luego (diálogo mediante) de ser confrontado con el saber teórico, vuelva a ser saber práctico reflexivo, y permita la praxis transformadora.
También me conmueve su alta sensibilidad ante las injusticias y desigualdades sociales a las que son sometidas las masas populares de muchísimos países, y pienso en sus palabrasacerca de “cómo no tener en cuenta sus “saberes de hecho” si ellos, quizás hasta analfabetos, han aprendido a “sobrevivir” con mil estrategias, que obviamente no desarrollan quienes comen todos los días, y cuya preocupación principal es saber a dónde irán de vacaciones a fin de año. Consecuentemente con esto, pienso que en este mundo de hoy, sus obras han tomado una importancia considerable,puesto que ante las relaciones de dominación y opresión bajo las que gran parte de la humanidad se halla viviendo, debería “dolernos a todos” el hambre, la miseria, la resignación silenciosa de los que no tienen voz, y de allí la vigencia que tiene o debería tener su “Pedagogía para la liberación”
En Psicología vimos que una característica que distingue al hombre del animal, es su posibilidadde simbolizar, esto es, de poder nombrar las cosas, nombrar el mundo, el poder utilizar la palabra y darle sentido, significado. Al respecto Ud. nos ha enseñado que su afán por alfabetizar, se funda en querer darle la palabra a los que no la tienen, entendiendo que sólo construyendo por sí mismos, un conocimiento sobre su mundo, su contexto, sus privaciones, sus sentires, y nombrándolo, es el...