carta para un papa fallecido
Esta noche de lluvia me vino el recuerdo de tu voz, de tu ternura, de aquéllas llamadas en el medio de la noche preguntándome como habíasido mi día…
y te extrañó mi corazón.
Pegué mi rostro a la ventana, y mis lágrimas suavemente acompañaban las gotas de lluvia queresbalaban en el cristal.
Mis lágrimas caían porque mi pensamiento estaba en ti, papá: en el hombre más maravillosodel mundo, en ese padre bueno queguio mi destino, me tomó en sus brazos cuando el temor de la oscuridad más llegaba a mí… y me abrazaba dulcemente.
¡Ay papito mío! Te has llevadocontigo mi sonrisa y mi alegría, has dejado mi corazón lleno de tristeza, porque fuiste ese motor que me llevaba cada día a luchar por lo que másamaba y hoy que ya no estás la fortaleza se me ha ido… Mi lucha es constante por seguir ese sendero por el cual me guiabas, por ser para ti esahija perfecta antetus ojos y que te llenaba de orgullo cada vez que mis metas se cumplían. Y aunque las lágrimas llenan mis pupilas cada vez que terecuerdo, mi ser entero se ha propuesto seguir ese ejemplo que me diste: ser mejor cada día y alimentar este amor que te tengo para que nunca mueraen mí tu recuerdo.
Te amo papá,
te amo porque siempre me has enseñado a luchar por mis ideales, porque siempre me llevaste de la mano y a tulado por ese mundo incierto… por eso hoy, te escribo esta carta y la envío con las aves del cielo para que en ellas te digan cuanto te quiero.
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