Carta a los sabedorres

PABLO ILISÁSTIGUI LARA Y CAROLINA ESPINOSA ALTIERI
Estimado amigo Aguinaldo:
De verdad que lamento en el alma la terrible perdida que acaba de sufrir. Sé que debe haber sido un duro momento paravuestra merced y para todos sus allegados. A pesar de todo lo acontecido durante las últimas fechas espero que usted, amigo mío, pueda superar a la mayor brevedad posible este desgraciado suceso.Espero que sepa usted que puede disponer de mi persona para cualquier asunto que le ayude a superarlo.
Metiéndonos propiamente en el ámbito jurisprudencial, he analizado detenidamente su caso y trasmúltiples quebraderos de cabeza y buscando la solución más positiva para su persona, he de decirle, querido Aguinaldo, que he hallado una ley que resume su caso a la perfección. También he de decirle queésta resuelve parcialmente el problema por el que ha acudido a mí. Dicha ley se encuentra ubicada dentro del Liber Iudiciorum en el Libro III “De los casamientos é las nascencias” concretamente en el “ITítulo del ordenamiento de las bodas”. Es la Ley V cuyo nombre es “De las arras que son dadas” y que se encuentra firmada por el Rey Don Flavio Rescindo.
Tras lo cual paso a exponerle condetenimiento la ley y lo que conlleva su aplicación:
Conociendo los hechos ocurridos en la petición de la mano de Eduvigis por su hijo Gundemaro, al haber sido dado el beso y las arras de forma pública a ojosde la ley no será usted el benefactor absoluto de los bienes entregados. Lamento informarle que dicha ley dicta la división de los bienes entregados entre la esposa a casar, Eduvigis, y los herederosdel esposo. Considerándose usted su heredero ha de recibir la mitad de dichos bienes.
Poniéndonos en el caso de que su hijo no hubiera dado el beso ni entregado las arras en el tradicional rito,hubiera recibido usted el lote completo de bienes entregados. Pero, desgraciadamente para usted, lo anteriormente citado sucedió.
A pesar de todo espero que usted haya quedado satisfecho tras lo...