Carta A Un Niño Que Nunca Nacio

Seminario de Filosofía del Derecho

Breve Ensayo sobre la Justicia

Estimo prudente advertir, a guisa de nota preliminar, que el presente texto constituye tan sólo un cúmulo de consideraciones de ralea personal en torno al intrincado tema de la justicia, motivo en cuya virtud no abraza la menor pretensión de arribar a conclusiones definitivas acerca del particular, pues, en primer lugar, tanambicioso anhelo resulta inasequible al humano entendimiento y, en segundo término, mi interés fundamental consiste en aprovechar las líneas subsecuentes para verter ideas propias que, no obstante, algún grado de relación habrán de guardar con posturas surgidas a la luz en etapas pretéritas, ya que sin importar cuán originales consideremos nuestros puntos de vista acerca de tópico cierto, éstosterminan por hallarse más o menos asociados a opiniones patentadas con anterioridad, sobre todo si tenemos en cuenta que nos preceden varios milenios de aportes al terreno de la sapiencia.

Dado que la justicia es indiscutiblemente un valor, se trueca necesario abordar con preeminencia este tema para hablar luego de los más singulares carices atinentes al punto focal de todo sistema jurídico. Detal modo, diré que luego de leer, escuchar y reflexionar he decidido ratificar la convicción que desde antaño albergaba en mi fuero interno sobre el carácter objetivo de los valores. Creo, en razón de lo dicho, que los valores integran una categoría absoluta, inmutable e imperecedera que contrasta de manera flagrante e insalvable con la limitada inteligencia del hombre y vuelve inaccesible laplena aprehensión de su esencia. Bajo dicha óptica, los valores existen con total independencia de que encuentren depositarios concretos en el universo palpable, pero no puede obviarse que únicamente cobran relevancia en la medida en que los individuos de la especie humana toman conciencia del papel capital que aquéllos juegan en la preservación y desarrollo de la vida gregaria, ni que a esteconocimiento sólo es posible accesar a través de estimaciones, subjetivas en todo caso, acerca de la importancia que objetos o modos conductuales específicos revisten para la satisfacción de intereses colectivos o individuales. Así las cosas, resulta válido afirmar que el estudio y práctica de los valores solamente se justifica a partir de las interacciones que se producen al interior del núcleo social.En la vida asilada pensar en valores es una actividad por demás estéril y carente de sentido, puesto que al no haber intereses en conflicto bastará con que el sujeto haga cuanto juzgue conveniente para escalar peldaños en la interminable carrera hacia la plenitud de su ser, a reserva de que, no obstante la ausencia de interacción directa con cualquier conglomerado humano, realice en su soledadactividades que culminen por afectar intereses de terceras personas. En tal hipótesis, estaríamos ante una forma de interacción social indirecta en donde la necesidad de atender a la práctica de los valores comúnmente aceptados por los miembros del nicho social al que se está afectando volvería a cobrar vigencia, a pesar de que el individuo que causa el detrimento se desenvuelva fuera de esecontexto. Imaginemos, por ejemplo, el caso de un ermitaño adicto a la quema de pastizales y zonas boscosas y el consecuente juicio de reproche formulado por los habitantes de las comunidades aledañas y los miembros de las organizaciones ambientalistas; es cierto que resultaría harto complicado determinar el cuerpo legislativo a cuyo imperio habría que someter al sujeto, pero no menos cierto es que seharía todo lo posible por refrenar su dinámica destructiva.

Se dice que una de las pruebas más contundentes de que los valores son objetivos estriba en la irrefutable naturaleza objetiva de las necesidades que están destinados a colmar. También se pone énfasis en que a los valores se les explica a la vera de argumentos metafísicos y religiosos, jamás de planteamiento racionalistas, pues el...