carta
Por lo demás, me siento como en mis buenos tiempos, ya que me estoy alimentando inmejorablementebien. La comida que ingiero es muy nutritiva. Siempre como platos fuertes. Sobre todo cuando Mamá se antoja de raspar con fuerza el fondo del caldero y, sin darse cuenta, se come también la limallaque desprende con la cuchara. Por lo que te puedo asegurar que mi salud es de hierro. Además, Mamá sabe alimentarme y es una magnífica cocinera. El otro día hizo un puré de papa con carne de pollo ¡quéestabaaa… como para chuparse el cordón umbilical! Pero bueno, papá, dejemos a Mamá con los calderos y concentrémonos en el tema que quiero abordarte, o sea: nosotros.
Día de los PadresComo esperoque sepas, solo me falta un mes para cumplir y salir del “tanque”. Si mal no recuerdo, el médico dijo que seguramente nacía el día 23. ¡Así que el 23 se rompe la fuente! Y antes que suceda eldesesperado acontecimiento, quisiera hablar contigo de futuro hombre a hombre, de hijo a padre, como personas civilizadas, pues quiero aclarar algunas cosas que serán vitales en nuestra relaciónfilio–paternal.
Primeramente, te diré que cuando yo nazca tienes todo el derecho a contentarte, correr por los pasillos de Maternidad, observarme con tus ojos llorosos, gritar, celebrar, decirle a la gente que tefelicite y todas esas ridiculeces que harás como padre novato. Pero, por favor, si bebes con tus amigos, ni se te ocurra acercarte a darme besos. El alcohol me hace daño. ¿Qué cómo lo sé?, pregúntalea Mamá.
Por otra parte, quiero que tengas bien presente una cosa. ¡YO SOY TU HIJO!, y ser esto no es fácil. Sé que al principio te seré lo más grande del mundo, y dirás que no lo pensarías dos...
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