cartas civicas
Mario León
Material de estudio para los cursos Valores Cívicos y Ética
Profesional.
Mario León (Mario Enrique León Rojas) Licenciado en Administración
Pública por la Universidad de Costa Rica. Tiene también estudios en
historia, filosofía y literatura. Escritor, ha publicado quince libros que
comprenden: cuento, poesía y textos didácticos. Sus ensayos han sido
publicados por diversas revistas culturales.
San José, febrero de 2010
¿POR QUÉ VOTAR?
El derecho a elegir, a ser elegido y la condición de ciudadanos es algo
reciente.
Para Hispanoamérica, nace en 1810 con la convocatoria de las Cortes de
Cádizy en Costa Rica se practica desde los primeros años de la Independencia.
La condición de ciudadanos surge con la caída del antiguo régimen
monárquico y el nuevo orden republicano que tomará fuerza y forma en
nuestros países. En ese momento dejamos de ser súbditos o siervos para
ser ciudadanos.
El proceso, que apenas cunmplió los 200 años en el 2012 fue
construyéndose a lo largo del tiempo.
En los primeros años, estuvo condicionado a la capacidad económica de
los ciudadanos y a su nivel de instrucción.
Poco a poco se fue imponiendo como un derecho universal, pues estuvo
limitado a los varones mayores de 21 años, hasta que en 1949 se extendió a
las mujeres, y en 1971 se amplió el derecho a la ciudadanía a los jóvenes a
los dieciocho años.
El desarrollo electoral ha sido lento, marcado por golpes de estado,
fraudes y abusos del poder que aún no se logran eliminar; su conservación
y mejoramiento ha sido a costa de sangre.
Nuestra actual legislación acerca del sistema electoral es apenas
satisfactoria, y nuestra democracia electoral aún cuenta con grandes
lagunas y es burlada de diferentes maneras. Uno de los principales problemas radica en la abstención y el desinterés de
los ciudadanos en la actividad política.
Las razones es la desilusión por los actos de nuestros políticos, cuya
corrupción resulta el lugar común durante los comicios y en el desempeño
de sus cargos.
Pero hay otras importantes razones: la ignorancia, la falta de compromiso la desidia y muchos casos la desilución.
La ausencia de los ciudadanos en los procesos electorales es dramática.
Se estima en un 35% en las elecciones nacionales para la presidencia, las
vicepresidencias y los diputados. Llega hasta el 70% en las municipales, y
es mayor en los sindicatos, colegios profesionales y otras organizaciones
sociales donde las autoridades se eligen mediante votaciones.
Esto ha favorecido a las oligarquías que rigen nuestras más importantes
instituciones sociales, desde el gobierno central hasta las organizaciones de
la comunidad nacional en todos sus niveles.
El desinterés, la negligencia y la falta de compromiso nos torna
nuevamente siervos de reyezuelos, quienes utilizan su poder económico y político para controlar las instituciones del estado en favor de sus intereses.
Nos hace esclavos de representantes populares espúreos y corruptos.
¿Pero votar por quién?
El ciudadano debe discriminar entre los candidatos propuestos por los
partidos. También, para garantizar una escogencia más democrática, es
necesario aproyar algunas reformas electorales, que logren la escogencia directa de los candidatos a diputados atendiendo sus méritos individuales,
y no mediante papeletas impuestas por las jerarquías de los partidos.
Igualmente se deben establecer mejores mecanismos de participación
ciudadana para la escogencia de los candidatos para la Presidencia y
vicepresidencia en el interior de los partidos.
Quienes no votan favorecen a las ...
Regístrate para leer el documento completo.