Cartas de pablo-gálatas
El marco que da sentido al ministerio apostólico es el de la nueva alianza, espacio del Espíritu del Señor y de la verdadera libertad cristiana (2 Cor 3,17). No existe otro evangelio (2 Cor 11,4-6; Gal 1,6-8). Estando así las cosas, ¿cómo renunciar a ese preciado don legado por el Señor? La llamada de la libertad cristiana pertenece a la entrañamisma del evangelio. Es ahí donde bebe Pablo el inexpugnable espíritu de libertad que le caracteriza como animador incansable de las comunidades cristianas (Gal 2,4). Una libertad indisolublemente unida a su "destino" inapelable como apóstol (1 Cor 9,15-18). Va a ser por tanto un luchador empedernido en favor de la libertad cristiana. Quiere auparla al puesto que se merece dentro de las comunidades.Ahora bien, el valor evangélico de la libertad es necesario defenderlo y ponerlo en práctica en la historia concreta de cada día. ¿Cómo potenciar a toda costa la libertad de los hijos de Dios? ¿Cómo ir haciendo el aprendizaje de la libertad en el camino de la vida? Siguiendo las huellas del camino ya trazado en la comunidad de Corinto: la cruz. En la comunidad gálata, cuando Pablo levanta confuerza el estandarte de la libertad: "Para ser libres nos ha liberado Cristo" (Gal 5,1), lo hace pensando en el madero levantado en el Gólgota, gesto supremo de amor y fuente inagotable de libertad (1,4; 2,20; 6,14). ¿No había nacido el pueblo de Dios en la magnífica aventura liberadora del éxodo? Pues bien, no era otro el proyecto de Dios asumido por Jesús.
¿Por qué esta proclamación tannítida, solemne y hasta provocativa de la libertad cristiana? Sin duda porque Pablo vio peligrar el mensaje de la cruz por causa de algunos alborotadores venidos de fuera (1,7; 5,9-10). Pretendían apartarlo de la comunidad para ganarse ellos el favor de los corintios (4,17). No sólo estaban sembrando la confusión sino que marginaban totalmente la cruz de Cristo (6,12). Aunque judíos, no eran losmisioneros foráneos de 2 Cor 10-13 que habían supeditado su judaísmo al desbordante “entusiasmo” de los corintios y que, poseídos por su pretendido espíritu libertario, se ufanaban de su pertenencia extática al mundo celeste del Señor glorioso. Estos judíos de Galacia se tenían por hijos de Abrahán (3,7) y de la Jerusalén terrena (4,25-29); se definían por sus convicciones y prácticas estrictamentejudaizantes: la justicia proveniente de la ley (3,21; 5,4), la necesidad de la circuncisión para salvarse (5,2) y el cumplimiento escrupuloso de los ritos (4,9-10).
Iª PARTE: AMBIENTACIÓN GENERAL
1. La provincia de Galacia
La carta a los gálatas es el único escrito circular del Apóstol. Va dirigida "a las iglesias de Galacia" (1,2; cf 1 Cor 16,1), a los "gálatas" en general (3,1). ¿Quiénes eran?¿Cuál era la región donde vivían? ¿Cómo eran las costumbres de estas comunidades domésticas?
El 25 antes de Cristo, tras la muerte de Amintas, último rey gálata, el emperador Augusto, reorganizador del imperio romano, convirtió la región en torno a Ancira (la actual Ankara, capital de Turquía) en provincia romana. Era una de las provincias del imperio menos apetecidas por los gobernadores ydiplomáticos romanos: se encontraba muy alejada de Roma, era una región muy árida e inhóspita y sus gentes resultaban extrañas y bárbaras para romanos y griegos.
Esta población gálata estaba emparentada con los celtas, antiguos moradores belicosos de la cuenca del Danubio (en el centro de Europa) que invadieron con sus hordas el Asia Menor en el s.III a.C. Un siglo más tarde aceptaron la vida sedentariay una estructura política fija: un tetrarca (más tarde rey) que gobernaba bajo el dictado de Roma. A pesar de todo, a principios de la era cristiana se recordaba todavía el bandidaje que había saqueado la región y que sólo pudo dominar la mano dura de los romanos. Ahora vivían integrados en el organigrama económico y sociopolítico del imperio, compartiendo al mismo tiempo su vida con las...
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