Cartas De Sor Juana
Últimas tardes
con Teresa
Séptima edición, revisada por el autor: febrero 1975
Decimoséptima edición: octubre 1986
© 1966, 1975 y 1986: Juan Marsé
© 1966, 1975 y 1986: Editorial Seix Barral, S. A., Barcelona
ISBN: 84-322-0428-5
Depósito legal: B. 35.595 – 1986
Nota a la séptima edición 3
Caminan lentamente sobre un lecho de confeti 5
1 6
Hay apodos que ilustran 6
ElMonte Carmelo es una colina desnuda 13
Apenas si llegó a tener conciencia 25
Desde la cumbre del Monte Carmelo 30
Se amaban sobre el rumor de las olas. 40
2 49
Transcurrió aquel invierno 49
En tiempo de vacaciones 55
Ahora, sin poder conciliar el sueño 67
Oriol Serrat entró en la clínica 75
Conducía el “Florida” hacia la cumbre del Carmelo 80
Maruja seguía en estado estacionario. 86
Elmisterio del vendaje heroico 94
Al principio sólo fueron pasos discordes 102
Teresa Simmons en bikini corriendo por las playas 112
Siempre fue particularmente sensible 121
3 131
La naturaleza del poder que ejercen es ambigua 131
Años después, al evocar aquel fugaz verano 144
La calle se parecía al lecho de un río 154
El lento deterioro del mito trajo sus delicias 161
A la lívida claridad168
Bajo el sol de medianoche, en las quietas aguas privadas 181
La mañana vibra 188
Souvent, pour s’amuser, les hommes d’équipage
Prennent des albatros, vastes oiseaux des mers,
Qui suivent, indolents compagnons de voyage,
Le navire glissant sur les gouffres amers.
Á peine les ont-ils déposés sur les planches,
Que ces rois de l’azur, maladroits et honteux,
Laissent piteusement leursgrandes ailes planches
Comme des avirons trainer á cóté d’eux.
Ce voyageur ailé, comme il est gauche et veule!
Lui, naguére si beau, qu’il est comique et laid!
L’un agace son bec avec un brúle-gueule,
L’autre mime, en boitant, l’infirme qui volait!
Baudelaire
Nota a la
séptima edición
Si de algo puede estar más o menos seguro un autor acerca de un libro suyo recién escrito,es de la distancia que media entre el ideal que se propuso y los resultados obtenidos, pese al rigor formal con que intentó amarrar el deseo y la realidad. Pero si se trata de un libro no reciente, escrito por ejemplo diez años atrás, como es el caso de éste, aquella dudosa certeza ha dejado de importunar y en su lugar alumbra un cálido estupor. Mis relaciones actuales con Teresa, después de estosaños de convivencia, no sólo son buenas sino incluso más estimulantes de lo que yo había supuesto.
La novela ha pasado a ocupar el rincón menos sobresaltado de mi conciencia y allí fulgura suavemente, igual que un paisaje entrañable de la infancia. De vez en cuando he buscado, tanteando entre la espesura del texto, como si evocara un cuerpo joven emborronado por el tiempo, aquella supuesta graciade ciertos miembros, los músculos y tendones que un día constituyeron el vigor del relato, la expresión más personal de una sensibilidad dócil y atenta. Pero el carácter nostálgico de esa clase de relectura no excluye algunas sorpresas. Por ejemplo, aquellas amarras profesionales destinadas a acortar la famosa distancia insalvable, aquellas, tal vez triviales, soldaduras del relato, puentes dediseño o suturas de sentido, a las que concedí una desdeñosa y convencional funcionalidad, por una parte han adquirido con el tiempo una vida independiente y autónoma y por otra han enraizado secretamente con la materia temática que nutrió la historia, hasta el punto que podrían quizá llegar a constituir, para un lector de hoy, los auténticos nervios secretos de la novela, las coordenadassubconscientes mediante las cuales se urdió la trama.
Eso explicaría en parte el que jamás los críticos, ni los profesores de literatura, ni los eruditos, o como quiera que se llamen los que se dicen expertos en estas cuestiones, suelan ponerse de acuerdo sobre los propósitos del autor. Y precisamente con esta novela, el desacuerdo fue notable desde el primer momento. Pero no deseo (no sabría) aclarar...
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