Dr. Salvador Mazza y el mal de Chagas y refiere sus historias entrelazadas en medio de un contexto de principios de siglo en un país en enorme desarrollo, pero disarmónico e injusto, conuna grandesigualdad social dentro de su vasto territorio. Por un lado están los médicos que se formaban en Buenos Aires o en Córdoba, dos ciudades ricas y cultas, que se permitían viajara Europa para terminarsu formación y que además ocupaban un lugar destacado dentro de la sociedad, y por otro lado los millones de personas alejadas de cualquier centro urbano y de saludy con un destino determinado yfatal. Personas que vivían en medio de la pobreza, en donde insectos y roedores campaban a su antojo, zonas donde coexistían y aún Mcoexisten variasendemias, y entre ellas la más terrible por losilenciosa, el Mal de Chagas.Esta enfermedad es incluida por Médicos sin Fronteras, junto con otras cuatro, en un grupo que denominan “enfermedadesolvidadas”, que se caracterizan por presentar lassiguientes peculiaridades: estar presentes mayoritariamente en países en vías de desarrollo y afectar a millones de personas y a pesar deello ser las grandes olvidadas de la industria farmacéutica portener un tratamiento caro, ineficaz o inexistente. Resultado de este olvido, los tratamientos actuales para el Chagas sóloson eficaces en la fase aguda y asintomática de la enfermedad y en niños menoresde 15 años y no hay tratamiento efectivo para el Chagas crónico en adultos. Una picadura que hubiera pasadodesapercibida en la infancia puede determinar de veinte a cuarenta años después que elparásito que fue inoculado pueda llegar a dañar el corazón u otros órganos nobles, ocasionado alindividuo un daño irreversible que le impida llevar una vida normal1 e inclusive provocarle la muerte. Escomo una maldición de la pobreza de su infancia, de la que nunca podrá librarse.
Leer documento completo
Regístrate para leer el documento completo.