Casas
Julián y su familia salieron temprano de la ciudad para ir a casa de sus padres con la idea de ver qué tal habían quedado unas reformas que encargó a un albañil un par de meses antes. De camino al pueblodiluviaba como hacía años que no ocurría, Clara la esposa de Julián, se decidía a llamar a casa para decirle a los niños dónde estaba la comida…
Clara : Julián baja un poco la radio, que voy a llamar a los niños.
Julián: Lo que tú digas cariño… dijo Julián mientras la voz de Phil Collins se perdía en el silencio….
Clara: ¡Estos niños son increíbles! …dijo con tono enfadado... ¿te puedes creer queson las doce del medio día y todavía están acostados?...
Julián: Bueno…hoy es domingo, además ¿ya no te acuerdas de la hora a la que nos levantamos nosotros el domingo pasado…? – dijo lanzando una mirada cómplice a Clara…
Clara: De verdad, que tonto eres, respondió devolviendo la complicidad…
Había pasado una hora y ya habían llegado al pueblo. El pueblo era como la mayoría de pueblospequeños, en los que la gente se te queda mirando, al tiempo que pasas por su lado con el coche para ver si te conocen. Clara y Julián entraron en la casa, la revisaron, cogieron un trapo y un cubo para limpiar las lápidas y se marcharon a casa de unos amigos que los habían invitado a comer, para después marcharse al cementerio.
Eran las cinco de la tarde y el cielo cada vez estaba más nublado.Julián: Bueno Manolo, nos vamos que nos va a pillar todo el chaparrón en el cementerio, y ya de por sí que no me hacen mucha gracia no quiero que me pille la tormenta allí a oscuras, jajaja
Manolo: Pues venga… oye… cuando termines me das un toque para despedirnos eh?
Julián: Sí, cuenta con ello.
A pesar de lo pequeño que era el cementerio, era imposible caminar por los pasillos debido a lacantidad de gente que había rezando y llorando, limpiando o simplemente caminando…
Clara: Estos sitios no me gustan nada… decía Clara al ver una lápida con la foto de un muchacho joven que decía “ Miguel te fuiste de este mundo, pero nunca te irás de nuestros corazones. Te queremos”.
Julián: Quédate aquí limpiando la lápida de mi padre y mientras voy yo a cambiar las flores del vecino de mipadre, que este año no puede venir su hijo a cambiárselas.
Clara: No tardes, que está empezando a llover…
Entre la gente y la lluvia, que empezaba a caer de manera cada vez más incesante, Julián se dirigió allí, apoyó la palma de su mano sobre la lápida de manera afectuosa, apartó la mirada a su izquierda y se encontró con una pequeña cruz en el suelo, como si se tratase de una tumba sinnombre, sin flores, solitaria… desde pequeño a Julián siempre le había parecido misteriosa esa cruz ahí en medio de la nada. Se volvió de nuevo a la lápida, se agachó, apartó las flores viejas y comenzó a limpiar la lápida. Cada vez llovía más intensamente y empezaba a tronar – vaya tarde de difuntos pensaba Julián. Entonces, de buenas a primera, sintió un tirón de la chaqueta a la altura de lacintura, Julián se giró y… vio un niño. Al principio se dio un pequeño susto porque no lo esperaba…
Julián: Pero bueno… ¿qué haces aquí solo, empapado de agua y sin abrigo? ¿Y tus padres donde están? el niño permanecía callado.
Julián: ¿Te has perdido? Dijo mientras tocaba la pálida cara del niño… Estás helado ¿cómo te llamas?
Niño: Busco a mi padre respondió con la cabeza gacha el niño.Julián: Ven conmigo, te llevaré a la entrada, a ver si vemos a tus padres.
En ese momento se acerca Clara
Julián ¿te queda mucho?
Julián : Mira, este niño se ha perdido, voy a acercarme a la entrada a ver si veo a su padre.
Clara: Pero…¿a qué niño te refieres?
Julián: A est….Te juro que había un niño aquí a mi lado Clara.
Clara: No me vas a asustar con tus historias, contestó en tono...
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