casas
La voluntad de Dios por grillos tienes,
Y escrita en la arena, ley te humilla;
Y por besarla llegas a la orilla,
Mar obediente, a fuerza de vaivenes.
En tu soberbia mismate detienes,
Que humilde eres bastante a resistilla;
A ti misma tu cárcel maravilla,
Rica, por nuestro mal, de nuestros bienes.
¿Quién dio al pino y la haya atrevimiento
De ocupar a los pecessu morada,
Y al Lino de estorbar el paso al viento?
Sin duda el verte presa, encarcelada,
La codicia del oro macilento,
Ira de Dios al hombre encaminada.Francisco de Quevedo y Villegas
A UN AMIGO QUE RETIRADO DE LA CORTE PASÓ SU EDAD
Dichoso tú, que alegre en tu cabaña,
Mozo y viejo espiraste la aura pura,
Y te sirven decuna y sepultura,
De paja el techo, el suelo de espadaña.
En esa soledad que libre baña
Callado Sol con lumbre más segura,
La vida al día más espacio dura,
Y la hora sin voz te desengaña.
Nocuentas por los Cónsules los años;
Hacen tu calendario tus cosechas;
Pisas todo tu mundo sin engaños.
De todo lo que ignoras te aprovechas;
Ni anhelas premios ni padeces daños,
Y te dilatascuanto más te estrechas.
Francisco de Quevedo y Villegas
A JÚPITER
Tonante monseñor, ¿de cuándo acá
Fulminas jovenetos? Yo no sé Cuánta pluma ensillaste para el que
Sirviéndote la copa aún hoy está.
El garzón frigio, a quien de bello da
Tanto la antigüedad, besara el pie
Al que mucho de España esplendor fue,
Y poca, masfatal, ceniza es ya.
Ministro, no grifaño, duro sí,
Que en Líparis Estérope forjó
(Piedra digo bezahar de otro Pirú)
Las hojas infamó de un alhelí,
Y los Acroceraunios montes no.
¡Oh Júpiter,oh, tú, mil veces tú!
Luis de Góngora y Argote, 1619
A LA BAJADA DE MUCHOS CABALLEROS DE MADRID A SOCORRER LA FUERZA DE LA MAMORA, CERCADA DE MOROS...
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