Casi dialéctica de la culpa

Casi dialéctica de la culpa
Por Héctor Villanueva

Somos culpables; la sentencia - inapelable - ha sido dictada por un tribunal ante el cual no hemos comparecido, cuya constitución ignoramos. Un tribunal que se ha pronunciado con juicio que determina nuestro existir, lo marca a fuego con una condena ineluctable. Y esa condena es simplemente, vivir; pero vivir encadenados, ya que la primeravictima de la culpa es la libertad.
Se nos acusa de algo que no hemos cometido; se nos acusa sin testigos ni defensores; y no hay sistema jurídico que pueda, con testimonio valedero, formular atenuantes, promover instancia favorable, rescatarnos. Fuimos abandonados entre los muros del existir para expiar una culpa ajena: ¿puede imaginarse estremecimiento mayor? ¿puede concebirse padecimiento másconstante, más dilatada desolación?
Somos culpables de haber recibido esta vida que no hemos pedido y al asumir conciencia de ella descubrimos que es consecuencia de una falta; se ha violado un orden y ello ha contaminado nuestra esencia con un elemento corruptor, inexorablemente destinado a destruirnos. Sería vano argumentar contra ello cualquier elocuencia. Seria como reprochar el fluir de lasestaciones o a los astros su rotación hacia un cono de sombra, la fría sombra que nos abarca cuando luego de toda reflexión angustiada nos repetimos: somos culpables, debemos asumir la responsabilidad de esa culpa que, con toda su grandiosidad y miseria, es la razón de nuestro existir.
¿Qué es ser culpable? Es saber que desde el momento de la corrupción original nuestra esencia quedó transida definitud; lo perecedero se insertó en el ser, lo infecto. La consecuencia es ardua: el hombre y todo lo que toque o cree se tornará ceniza.
No obstante, la culpa nos otorga un saber medular - el mas trágico de los saberes -: la certitud de que por ella existimos como seres perecederos. Ese conocimiento, por angustioso que se nos presente, ofrece dos vertientes: la que nos conduce a la desesperación yla que nos impone un vivir heroico, minado de peligros. en cuya amenaza halla el ser su razón vital. Debemos enfrentarnos a la culpa dispuestos a vivir; debemos, con riesgosa valentía - aceptando por anticipado cualquier resultado -, mirar la cara de la Gorgona. ya que aquella razón vital tiene una sola dirección y sentido, recuperar la libertad; pero ella sólo puede ser alcanzable sindesesperación, es decir, con esperanza, en un heroico batallar.
Consecuencia de la remota culpa es el nacer y en ese momento tomamos, en la estación de partida hacia el vivir, un pasaje donde está señalado el punto de destino y la fecha de llegada: datos de nuestro transcurrir y final. Cuanto más conciencia tengamos de estar encenagados entre los dos extremos de esa realidad, más aguda y dolorosa será laconciencia de la culpa como síntesis de vida y muerte. Su recuerdo traumático nos otorga, entonces, una sabiduría de ruta, un ya conocimiento de lo que vendrá, que es el vivir co-culpable, partícipe de la gran falta. No de otra manera me atrevo a interpretar aquellas sorprendentes palabras de Pascal: "Le péché original est folie devant les hommes, mais on le donne pour tel. Vous ne devez donc pasreprocher le défaut de raison en cette doctrine, puisque je la donne pour etre sans raison. Mais cette folie est plus sage que toute la sagesse des hommes. sapientius est hominibus. Car, sans cela, que dirá ton qu'est l'homme? Tout son etat dépend de ce point. Imperceptible".
Fue el pecado, causa de la culpabilidad participada y trascendente, el motor primero que impulsó la mecánica de la especie.En los jardines del Edén, Adán, el Actor de la primera "folie", pone en marcha el género humano con lo que - solo - en ese instante supremo, asume la responsabilidad de su destino y del destino cósmico y perecedero que ha desencadenado.
La culpa está, pues, en el umbral de la especie, es su razón primigenia, insondable precedencia del ser. hontanar de su procreación. Tan inserta está en la...