caso adaptacion
CAMBIOS EN EL MERCADO: LA COMPETENCIA
En el 2002, el único vendedor con marca en este rubro de granos, era Cosechas Romero, Roxana
estimaba su ganancia en un 20% del precio al que colocaba en los Supermercados, sin embargo ella
había detectado un problema adicional, algo que simplemente no podía manejar: el precio final del producto. Los supermercados por lo general cargaban en el precio al consumidor un 35% más de lo
que Roxana vendía, esto podía alejar algunos segmentos del mercado, sobre todo de aquellos que
podían movilizarse o tenían costumbre de comprar algunos productos en el mercado mayorista.
Para resolver parte de este problema, ella decidió reducir costos, la primera práctica fue realizar por cuenta propia los estampados, al principio pagaba a un tercero por ellos, a partir del 2002, ella
decidió enviar a su tía a estudiar la técnica de estampados, una vez aprendido el proceso Roxana
sólo compraba algunos tintes e insumos para esta labor y redujo en un margen sus costos.
Los negocios son dinámicos, un viejo principio económico manifiesta que allí donde hay
rentabilidad, pronto entrarán otros, hasta que la rentabilidad promedio sea igual a los costos.
Principio vigente en toda su dimensión, Roxana pronto se dio cuenta de ello, en el 2003 entraron al
mercado las siguientes marcas de menestras y granos embolsados:
–
La Norteñita
–
Señor de Sipán
–
Costeño
Estas marcas pertenecían a los antiguos vendedores de granos a granel, acepto costeño que ya era una marca reconocida, que ya colocaban en los supermercados, de modo que ellos vieron una
oportunidad en el mercado ya desarrollado por Roxana y entraron a competir.
Estos productos ahora eran un nuevo desafío, la mayoría de ellos sin embargo era más caro, entre
20% a 40% más caro, pero habían innovado la venta, puesto ahora colocaban granos cuyo color y tonalidades era distinta (fríjol morado, negro u otros moteados), vendiéndolos hasta 80% más caro
que los productos de Roxana.
Se daban otros detalles que hacían de la competencia algo fuerte, La Norteñita usaba colores
parecidos a los vendidos por Cosechas Romero, de modo que era fácil que el público se equivoque, puesto que al ser el único vendedor, Roxana no se preocupaba por fortalecer la marca, inclusive
llegó a colocar durante una temporada igual volumen de granel y embolsado con marca. Ahora la
marca era crucial y la diferenciación de ella algo urgente. En el caso del producto de menestras
Costeño, cuya marca ya había sido posicionada en el ámbito nacional, se veía como el competidor
más fuerte, inclusive este producto se publicitaba por televisión, algo que ninguna menestra local
hacía.Roxana profundizó ahora una nueva forma de venta, la degustación, ahora el producto se vendía
considerando las siguientes variables:
Tamaño del grano
Tiempo de cocción
Calidad homogénea del grano
Número de Granos descartados
Sabor y suavidad del grano cocido
Esto supuso realizar degustaciones, tres veces por semana, con granos cocidos, probando la textura
del mismo, regalando muestras al público y poniendo siempre de relieve la marca Cosechas
Romero. Esta estrategia le permitió a ella subir las ventas, además que en cada jornada de
degustación, ella misma levantaba información y conocía al cliente, de primera mano obtenía
información sobre su producto, la calidad y su aceptación, pudiendo corregir rápidamente la
presentación del mismo.
Por esta época, verano del 2003, los competidores iniciaron una bajada de precios, Roxana
respondió de igual modo, para ello negoció un crédito con su proveedor a un plazo mensual,
práctica rara vez aceptada en un mercado de efectivo, puesto que la venta...
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