CASO AMAZON Amazon se inició como «la librería más grande del mundo» en julio de 1995. Se trataba de una librería virtual que no poseía ningún libro. Muchos detractores se preguntaban si Internet era el canal adecuado para la venta de libros. Sin poder ojear los ejemplares como en una tienda tradicional, ¿cómo podrían los compradores decidir si un libro les gustaba o no? Sin unos dependientes amables y serviciales, ¿cómo podrían los compradores encontrar el libro adecuado? La única ventaja parecía ser que Amazon era capaz de ofrecer un abanico de títulos mucho más amplio que la mayoría de librerías locales. Amazon dio los pasos necesarios para reproducir las características de las librerías físicas a través de su canal online. En primer lugar, sustituyó a los «dependientes amables y serviciales» con reseñas de otros lectores. Cualquiera puede escribir una reseña sobre cualquier libro de Amazon, y estos comentarios ayudan a los clientes a seleccionar libros. Además, un ranking interno permite detectar qué reseñas son más útiles. Algunos críticos pueden incluso llegar a conseguir cierta fama, escribiendo cientos de reseñas con los años, y cultivando un grupo de seguidores fieles que compran los libros alegremente en función de sus críticas. En segundo lugar, Amazon ofreció un servicio de sugerencias personalizadas como alternativa a la búsqueda u ojeo al azar de libros. Amazon se dio cuenta de que si una persona está comprando el mismo libro que otra, probablemente tengan los mismos intereses. Así, la primera persona podría estar interesada en los libros que ha adquirido la segunda. El servicio de sugerencias personales de Amazon registra información sobre hábitos de compra para elaborar recomendaciones sobre libros que podrían interesar a los compradores. El resultado es una lista de libros bajo el título «la persona que compró este libro también compró los siguientes".». Así, Amazon invita a sus clientes a las estanterías virtuales de su tienda. Amazon también está abordando la última desventaja del canal online. La empresa ha empezado a ofrecer la posibilidad de ojear el contenido, el índice y las primeras páginas de los libros. En 2003, Amazon llevó aún más allá el canal virtual, con la característica «busque dentro del libro», que permite a los consumidores buscar en el texto completo de unos 120.000 libros; casi el mismo número de títulos que tiene una librería tradicional de Barnes & Noble. El servicio es gratuito, aunque algunos clientes deben darse de alta y tener una tarjeta de crédito registrada en Amazon. Los clientes teclean una palabra, un nombre, o una frase, y pueden consultar una lista con las páginas del libro en las que aparece la palabra introducida. A continuación, se puede ver una imagen de la página en la que aparece, pero no pueden imprimirla. Internet permite a Amazon realizar promociones que una librería tradicional no podría permitirse. Por ejemplo, durante las navidades de 2003 Amazon lanzó una promoción estelar: cada día, un actor, escritor, director, músico o personaje público ofrecía contenido exclusivo online para los compradores de Amazon.com de forma totalmente gratuita. Así, por ejemplo, Michael J. Fox y Jack Black mostraron obras de arte originales. O músicos como Bruce Springsteen revelaron parte de un vídeo de un concierto inédito, con contenido especial. El objetivo de Amazon con esta promoción era deleitar a los clientes, generar más tráfico en su página web, y aumentar las ventas. Por esta razón, estos famosos también recomendaban dos 1
o tres de sus productos favoritos que estaban disponibles en Amazon.com. Podían recomendar sus propios CD o sus propias películas, o podían recomendar algo que poseían ya y que ...
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