Caso Anna O. Freud
(Breuer y Freud)
1. Señorita Anna O.
(Breuer)
La señorita Anna O., de 21 años cuando contrajo la enfermedad (1880), parece tener un moderado lastre neuropático
a juzgar por algunas psicosis sobrevenidas en su familia extensa; los padres son sanos, pero nerviosos. Ella fue siempre
sana antes, sin mostrar nerviosismo alguno en su período
de desarrollo; tieneinteligencia sobresaliente, un poder de
combinación asombrosamente agudo e intuición penetrante;
su poderoso intelecto habría podido recibir un sólido alimento espiritual y lo requería, pero este cesó tras abandonar
la escuela. Ricas dotes poéticas y fantasía, controladas por
un entendimiento tajante y crítico. Este último la volvía
también por completo insugestionablc; sólo argumentos, nuncaafirmaciones, influían sobre ella. Su voluntad era enérgica, tenaz y persistente; muchas veces llegaba a una testarudez que sólo resignaba su meta por bondad, por amor hacia
los demás.
Entre los rasgos más esenciales del carácter se contaba
una bondad compasiva; el cuidado y el amparo que brindó
a algunos pobres y enfermos le prestaron a ella misma señalados servicios en su enfermedad, pues poresa vía podía
satisfacer una intensa pulsión. — Mostraba siempre una ligera tendencia a la desmesura en sus talantes de alegría y
de duelo; por eso era de genio un poco antojadizo. El elemento sexual estaba asombrosamente no desarrollado;^ la
enferma, cuya vida se volvió trasparente para mí como es
raro que ocurra entre seres humanos, no había conocido el
amor, y en las masivas alucinacionesde su enfermedad no
afloró nunca ese elemento de la vida anímica.
Esta muchacha de desbordante vitalidad espiritual llevaba
una vida en extremo monótona, y es probable que el modo
en que ella se la embellecía resultara decisivo para su enfermedad. Cultivaba sistemáticamente el soiíar diurno, al que
llamaba su «teatro privado». Mientras todos la creían pre1 [Fraud citó esta oración, aunque noverbatim, en una nota al
pie de Tres ensayos de teoría sexual (1905Í/), AE, 7, pág. 149, y en
la Presentación autobiográfica (1925(/), AE, 30, pág. 22,]
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senté, revivía en su espíritu unos cuentos: si la llamaban,
estaba siempre alerta, de suerte que nadie sospechaba aquello. Esa actividad trascurría junto a los quehaceres hogareños, que ella cumplía de manera intachable. Informaréluego
sobre cómo esa ensoñación habitual de la mujer sana pasó
directamente a la enfermedad.
El ciclo de la enfermedad se descompone en varias fases
bien separadas; ellas son:
A. Incubación latente. Desde mediados de julio de 1880
hasta el 10 de diciembre, más o menos. Esta fase casi siempre se sustrae de nuestro conocimiento, pero en este caso,
debido a su peculiaridad, se pudo averiguarlade una manera tan completa que ya por ese hecho estimo en mucho
su interés patológico. Expondré luego esta parte del historial.
B. Contracción manifiesta de la enfermedad; una psicosis
peculiar, parafasia, strabismus convergeits, perturbaciones
graves de la visión, parálisis por contractura, total en la
extremidad superior derecha y en ambas inferiores, parcial
en la extremidad superiorizquierda, paresia de la musculatura cervical. Progresiva reducción de la contractura en las
extremidades del lado derecho. Alguna mejoría, interrumpida por un grave trauma psíquico (muerte del padre) en
abril, a lo cual sigue:
C. Un período de sonambulismo persistente, que luego
alterna con estados más normales; continuación de una serie de síntomas duraderos hasta diciembre de 1881.
D.Progresiva involución de esos estados y fenómenos
hasta junio de 1882.
En julio de 1880, el padre de la paciente, a quien ella
amaba con pasión, contrajo un absceso de peripleuritis que
no sanó y a consecuencia del cual murió en abril de 1881.
Durante los primeros meses de esa enfermedad, Anna se
consagró al cuidado del enfermo con toda la energía de su
ser, y a nadie sorprendió que se debilitara...
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