caso dora
El presente fragmento del historial de tratamiento de una muchacha histérica está destinado a ilustrar el modo en que la interpretación del sueño se inserta en el trabajo del análisis.El círculo familiar de nuestra paciente, de 18 años, incluía además de su persona, a sus padres y a un hermano un año y medio mayor que ella. La persona dominante era el padre. La hija estaba apegada aél con particular ternura, y la critica que tempranamente había despertado en ella se escandalizaba tanto más por muchos de sus actos y peculiaridades.
Cuando la niña tenía alrededor de 10 años,empezaron problemas de salud en el padre. Siguieron algunos años así.
La muchacha se convirtió en mi paciente a los 18, había depositado desde siempre sus simpatías en la familia paterna y después decaer enferma, veía su modelo en una tía.
De acuerdo con las comunicaciones del padre y de la muchacha, no pude menos que formarme de ésta idea sobre la madre; era una mujer de escasa cultura, perosobre todo poco inteligente, que, tras la enfermedad de su marido, y el consecuente distanciamiento, contra todos sus intereses en la economía domestica.
La relación entre madre e hija era desde haceaños muy inamistosa. La hija no hacía caso a su madre, la criticaba duramente y se había sustraído por completo a su influencia.
El único hermano de la muchacha, un año y medio mayor que ella,había sido en épocas anteriores el modelo al cual ambicionaba parecerse.
Así la usual atracción sexual había aproximado a padre e hija, por un lado, y a madre e hijo, por el otro.
Ya a la edad de 18años presentaba síntomas neuróticos. Contrajo una disnea permanente en la forma de ataques muy agudos.
Intentos de suicidios por parte de ella algunas veces, enfrentaba hostilmente a su padre y no seentendía con su madre.
En el caso de mi paciente, debí a inteligencia del padre, ya destacada varías veces, el que no me hiciera falta buscar por mí mismo el anudamiento vital, al menos respecto...
Regístrate para leer el documento completo.