Caso Jubetes

Los problemas

Ya en el mes de agosto, las dificultades hicieron acto de presencia. Las mujeres aprendían con más lentitud de la prevista y parecía evidente que su producción se estabilizaría muypor debajo de lo que se había planeado. La producción realizada por las operarias fue de 7.950 piezas el primer mes, y de 8.025 el segundo. Las mujeres se quejaban de que los ganchos avanzabandemasiado aprisa, y que los ingenieros habían establecido mal las velocidades. La dirección, por su parte, estaba furiosa con los resultados obtenidos, ya que el método nuevo reducía considerablemente elesfuerzo requerido por las operarias, ya que no tenían que desplazarse a buscar las piezas, ni tampoco llevar las piezas terminadas hasta el operario del horno.
Los problemas fueron tan graves que huboque despedir a algunas mujeres, que tuvieron que ser substituidas por otras nuevas, lo que agravó aún más el problema del aprendizaje. El espíritu de equipo, que la dirección confiaba que sedesarrollaría automáticamente por medio de la prima de grupo, no aparecía excepto como expresión de lo que los ingenieros llamaban "resistencia". Una de las mujeres a quien el grupo consideraba como jefe (y ladirección consideraba como cabecilla) expuso francamente al capataz las diversas quejas del grupo: el trabajo era sucio, los ganchos se movían demasiado de prisa, el incentivo no había sido calculadocorrectamente y hacía demasiado calor trabajando tan cerca del horno de secado.
Alberto, el capataz responsable de la sección de pintado, comentaba el asunto con Juan, el asistente del jefe de lafábrica, un muchacho joven que había realizado un MBA en una prestigiosa escuela de negocios. Juan se había ganado la confianza de Alberto gracias a su gran sentido común y buena disposición.
- Juan, tedigo que ya no sé qué hacer con las chicas de la sección de pintado. Se quejan de absolutamente todo. Ya hemos tenido que despedir a algunas, y la situación no mejora. Se acerca Navidad, y tengo...