caso monsanto
Páginas: 18 (4283 palabras)
Publicado: 1 de mayo de 2014
124
Volumen 2 / N° 4 / mayo-junio 2000
En síntesis
s
s
s
A mediados de los ’90, Monsanto presentó a la biotecnología agrícola como una industria que acabaría con el
hambre en el mundo. Un reciente descubrimiento científico la puso en jaque, y replanteó su papel en el sector
de los alimentos.
Según ese estudio, las mariposas monarcas pueden morir
si ingieren el polen delmaíz
genéticamente modificado.
La noticia convirtió a Monsanto en el blanco de las protestas, y a Bob Shapiro, su
presidente, en el responsable
de la catástrofe.
Lo que hasta el momento parecía un negocio prometedor
y rentable, se tornó riesgoso
para las compañías del sector.
Las acciones de Monsanto se
desplomaron, y la compañía
enfrenta numerosas demandas judiciales. ¿Qué futuro
leespera?
Un revés de
la fortuna
Monsanto y su presidente ejecutivo Bob Shapiro fueron, durante
largo tiempo, protagonistas exitosos de un nuevo mundo, el de la
biotecnología, hasta que un descubrimiento inquietante alteró el
escenario. Las nuevas tecnologías tienen ventajas económicas, pero
pueden poner en peligro la vida de algunas especies.
Por Stephan Herrera
Stephan Herrera esperiodista senior
de la revista Red Herring.
E
l entomólogo de la Universidad de Cornell, John Losey,
nada tiene en contra de la empresa Monsanto, de su presidente
ejecutivo, Bob Shapiro, ni de los alimentos GM (genéticamente modificados). Pero en la última primavera,
un hallazgo suyo viró el timón de sus
destinos. Losey descubrió que las
mariposas monarcas podían morir si
ingerían el polendel tallo de maíz
proveniente de las semillas YieldGard, modificadas genéticamente
por Monsanto. La posterior “lluvia
ácida” de los medios de comunicaVolumen 2 / N° 4 / mayo-junio 2000
ción tuvo un impacto devastador, no
sólo en la compañía sino en toda esta industria, que había prometido
nada menos que acabar con el hambre en el mundo.
Ya afectados por la controversia del
mal de lavaca loca, los ministros de
medio ambiente europeos convocaron a sesiones de emergencia en
Bruselas, mientras los manifestantes
gritaban indignados: “¡Prohíban los
alimentos a la Frankenstein!” y
“¡Muera Monsatán!”. Un grupo de
legisladores brasileños amenazó con
prisión a los agricultores que planta-
¥
125
ran las semillas transgénicas de Monsanto, lo cual creó un floreciente
mercadonegro. Algunos comerciantes londinenses y parisinos empezaron a quitar de sus góndolas los productos que tuvieran la inscripción
GM, y las etiquetas que decían “Sin
GM” aparecieron en todos los artículos: desde el puré hasta los cereales.
En poco tiempo, el alboroto se instaló en los Estados Unidos. Los productores norteamericanos, empezan-
semillas de Monsanto —Roundup
Ready, Bollgard yYieldGard— definieron esta naciente industria.
Después del traspié, Shapiro tenía
que hacer volver a la compañía al
buen camino.
Las protestas internacionales sobre
los alimentos GM descalibraron la vida de la industria científica. Algunas
de las firmas que, pocos meses atrás,
publicitaron la tecnología, decidieron que la lucha no tenía sentido.
"Hace sólo un año, los fines de Monsantoparecían justificar sus medios. Pero, de
repente, la biotecnología agrícola empezó
a verse como una propuesta riesgosa."
do por H.J. Heinz y Gerber, se apresuraron a adoptar los ingredientes libres de GM. Tras ellos, Archer Daniels Midland, la productora de granos más grande del mundo, empezó
a pagar más por las cosechas sin GM.
El diablo en el maíz
126
DuPont, Novartis y AstraZenecase
llamaron a silencio, y redujeron o
suspendieron sus operaciones de
biotecnología agrícola (o “ag”). Wall
Street presionó a Shapiro para que
siguiera esos ejemplos.
¿Florece la fatalidad?
Las meras palabras “genéticamente
modificado” se volvieron un anatema. Monsanto, pionera de esta novel
industria de US$ 2.000 millones, y
la productora de semillas GM más
grande del mundo, se...
Volumen 2 / N° 4 / mayo-junio 2000
En síntesis
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A mediados de los ’90, Monsanto presentó a la biotecnología agrícola como una industria que acabaría con el
hambre en el mundo. Un reciente descubrimiento científico la puso en jaque, y replanteó su papel en el sector
de los alimentos.
Según ese estudio, las mariposas monarcas pueden morir
si ingieren el polen delmaíz
genéticamente modificado.
La noticia convirtió a Monsanto en el blanco de las protestas, y a Bob Shapiro, su
presidente, en el responsable
de la catástrofe.
Lo que hasta el momento parecía un negocio prometedor
y rentable, se tornó riesgoso
para las compañías del sector.
Las acciones de Monsanto se
desplomaron, y la compañía
enfrenta numerosas demandas judiciales. ¿Qué futuro
leespera?
Un revés de
la fortuna
Monsanto y su presidente ejecutivo Bob Shapiro fueron, durante
largo tiempo, protagonistas exitosos de un nuevo mundo, el de la
biotecnología, hasta que un descubrimiento inquietante alteró el
escenario. Las nuevas tecnologías tienen ventajas económicas, pero
pueden poner en peligro la vida de algunas especies.
Por Stephan Herrera
Stephan Herrera esperiodista senior
de la revista Red Herring.
E
l entomólogo de la Universidad de Cornell, John Losey,
nada tiene en contra de la empresa Monsanto, de su presidente
ejecutivo, Bob Shapiro, ni de los alimentos GM (genéticamente modificados). Pero en la última primavera,
un hallazgo suyo viró el timón de sus
destinos. Losey descubrió que las
mariposas monarcas podían morir si
ingerían el polendel tallo de maíz
proveniente de las semillas YieldGard, modificadas genéticamente
por Monsanto. La posterior “lluvia
ácida” de los medios de comunicaVolumen 2 / N° 4 / mayo-junio 2000
ción tuvo un impacto devastador, no
sólo en la compañía sino en toda esta industria, que había prometido
nada menos que acabar con el hambre en el mundo.
Ya afectados por la controversia del
mal de lavaca loca, los ministros de
medio ambiente europeos convocaron a sesiones de emergencia en
Bruselas, mientras los manifestantes
gritaban indignados: “¡Prohíban los
alimentos a la Frankenstein!” y
“¡Muera Monsatán!”. Un grupo de
legisladores brasileños amenazó con
prisión a los agricultores que planta-
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ran las semillas transgénicas de Monsanto, lo cual creó un floreciente
mercadonegro. Algunos comerciantes londinenses y parisinos empezaron a quitar de sus góndolas los productos que tuvieran la inscripción
GM, y las etiquetas que decían “Sin
GM” aparecieron en todos los artículos: desde el puré hasta los cereales.
En poco tiempo, el alboroto se instaló en los Estados Unidos. Los productores norteamericanos, empezan-
semillas de Monsanto —Roundup
Ready, Bollgard yYieldGard— definieron esta naciente industria.
Después del traspié, Shapiro tenía
que hacer volver a la compañía al
buen camino.
Las protestas internacionales sobre
los alimentos GM descalibraron la vida de la industria científica. Algunas
de las firmas que, pocos meses atrás,
publicitaron la tecnología, decidieron que la lucha no tenía sentido.
"Hace sólo un año, los fines de Monsantoparecían justificar sus medios. Pero, de
repente, la biotecnología agrícola empezó
a verse como una propuesta riesgosa."
do por H.J. Heinz y Gerber, se apresuraron a adoptar los ingredientes libres de GM. Tras ellos, Archer Daniels Midland, la productora de granos más grande del mundo, empezó
a pagar más por las cosechas sin GM.
El diablo en el maíz
126
DuPont, Novartis y AstraZenecase
llamaron a silencio, y redujeron o
suspendieron sus operaciones de
biotecnología agrícola (o “ag”). Wall
Street presionó a Shapiro para que
siguiera esos ejemplos.
¿Florece la fatalidad?
Las meras palabras “genéticamente
modificado” se volvieron un anatema. Monsanto, pionera de esta novel
industria de US$ 2.000 millones, y
la productora de semillas GM más
grande del mundo, se...
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