Caso
Las propuestas y aportaciones de "Murcia-Acoge"*
ASCENSIÓN TUDELA ** ¿Cuál es la realidad de la que se parte? En 1994 había 260 inmigrantes escolarizados en centros de la Región, y en el curso 98/99 hay ya más de 2.000. Las minorías siempre han tenido dificultades de integración por intento de asimilación. Pensemos en las minoríasgitanas. Tenemos una institución escolar, en general salvo hoiu"osas excepciones, que no respeta o respeta muy poco los aspectos configuradores de estas culturas minoritarias, con la consiguiente falta de entendimiento. Casi de forma instintiva, existe entre el género humano un miedo a lo desconocido, un miedo al cambio, y esto ocurre también cuando nos referimos a un encuentro entre diferentespueblos. Como señalan Sáez y García se teme a quién se oprime y por ello se le adjudica una esencia maléfica, negativa, que sirve retroactivamente para justificar la opresión. Sin embargo, las culturas no son estáticas, son dinámicas y cambiantes, por lo que debemos acostumbrarnos a que sean atravesadas por puntos de vista diferentes, valores diversos, que se hagan permeables. Sólo así será posible elenriquecimiento y el crecimiento de todos y cada uno de nosotros y nosotras. Hay, para la interculturalidad, dificultades reales, objetivas, como es el idioma (verdaderamente es un obstáculo), pero esta dificultad es modificable fácilmente.
* Fecha de recepción: 30 marzo 1999. ** Asociación "Murcia Acoge", Murcia
Anales de Historia Contemporánea, 15 (1999)
-Publicado en maizo del 2000-276
Ascensión Tudela
Tenemos a un colectivo numeroso de niños y niñas que provienen de países diferentes y tenemos una escuela que pretende que éstos se acomoden a ella. En general, nos encontramos con una institución escolar: - interesada en que no existan los conflictos (eliminar conductas racistas) • - preocupada por esta realidad, pero con actitudes paternalistas que no favorecen elencuentro en igualdad - que no sabe cómo abordar el problema, porque esto es un problema, que nadie lo dude El fin de la educación va asociado a compromisos que tienen que ver más con la transformación de las realidades sociales injustas que con pruebas y exámenes objetivos en las clases. ¿Por qué decimos esto? Porque si en realidad, en la práctica, éste fuera el fin de la educación, podríamos hablarde la existencia de condiciones favorables para una educación intercultural. Sin embargo, las instituciones educativas cumplen una función social y política de primer orden en la transmisión y reformulación de los valores presentes en la sociedad. Y la sociedad en que vivimos, la capitalista, no excluye a los trabajadores inmigrantes del sistema económico, pero sí intenta controlarlos en unaposición subordinada de dependencia y marginación. Una escuela intercultural no se construye partiendo del hecho tan simple de que los niños y niñas magrebíes aprendan el castellano, fundamental por otra parte; no obstante, este parece ser el único problema del profesorado de la región, ya que no hay ningún problema cuando los niños escolarizados son, por ejemplo, ecuatorianos. Entonces no se habla deeducación intercultural, aunque también es una cultura diferente. Por otra parte, igual que todos y todas llevamos interiorizadas múltiples experiencias que han configurado una serie de estereotipos, por ejemplo sexistas, y hemos avanzado muy poco en la aceptación de lo diferente (a la persona sorda, al heroinómano, a la persona que va sucia, etc.) el profesorado ha interiorizado toda una serie deestereotipos y prejuicios que, sin querer, afloran constantemente. Seria necesaria una revisión constante de las actitudes y conductas que se dan, para que al menos existiera la conciencia de ellas. Al igual que el profesorado, los propios compañeros y compañeras poseen un acervo de experiencias particulares con sus correspondientes estereotipos y prejuicios. Hay que hacer posible que afloren y...
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