Castaneda

Páginas: 385 (96234 palabras) Publicado: 11 de abril de 2010
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RELATOS DE PODER

Carlos Castaneda

Índice

INTRODUCCIÓN 3

PRIMERA PARTE

UN TESTIGO DE ACTOS DE PODER

CITA CON EL CONOCIMIENTO 4
EL SOÑADOR Y EL SOÑADO 29
EL SECRETO DE LOS SERES LUMINOSOS 44

SEGUNDA PARTE
EL TONAL Y EL NAGUAL

TENER QUE CREER 55
LA ISLA DEL TONAL 63
ELDÍA DEL TONAL 70
REDUCIR EL TONAL 79
LA HORA DEL NAGUAL 88
EL SUSURRO DEL NAGUAL 97
LAS ALAS DE LA PERCEPCIÓN 106

TERCERA PARTE

LA EXPLICACIÓN DE LOS BRUJOS

TRES TESTIGOS DEL NAGUAL 113
LA ESTRATEGIA DE UN BRUJO 122
LA BURBUJA DE LA PERCEPCIÓN 138
LA PREDILECCIÓN DE LOS GUERREROS 147
Las condiciones delpájaro solitario son cinco. La primera, que se va a lo más alto; la segunda, que no sufre compañía aunque sea de su naturaleza; la tercera, que pone el pico al aire; la cuarta, que no tiene determinado color; la quinta, que canta suavemente.

SAN JUAN DE LA CRUZ, Dichos de luz y amor
PRIMERA PARTE
UN TESTIGO DE ACTOS DE PODER

CITA CON EL CONOCIMIENTO

Llevaba yovarios meses sin ver a don Juan. Era el otoño de 1971. Tuve la certeza de que se encontraba en casa de don Genaro, en el México central, y realicé los preparativos necesarios para un viaje de seis o siete días. Al segundo día, obedeciendo a un impulso, me detuve al mediar la tarde en la casa de don Juan en Sonora. Estacioné el coche y caminé una corta distancia hasta la casa misma. Para mi sorpresa,lo encontré allí.
-¡Don Juan! No esperaba hallarlo aquí -dije.
Echó a reír, deleitado por mi asombro. Estaba sentado en un cajón de leche vacío, junto a la puerta delantera. Al parecer me aguardaba. Había un aire de hazaña cumplida en la desenvoltura con que me saludó. Quitándose el sombrero, lo agitó cómicamente en florido gesto. Se lo puso de nuevo y me hizo un saludo militar. Sehallaba reclinado en la pared, a horcajadas en el cajón como sobre una silla de montar.
-Siéntate, siéntate -dijo en tono jovial-. Qué gusto me da que estés otra vez por aquí.
-Ya me estaba yendo hasta Oaxaca a buscarlo, don Juan -dije-. Y luego habría tenido que regresar a Los ángeles. El hallarlo aquí me ahorra días y días de manejar.
-De todos modos me habrías encontrado-dijo él en tono misterioso-, pero digamos que me debes los seis días que hubieras tardado en llegar allá, días que deberías emplear en algo más interesante que andar correteando en tu carro.
Había algo cautivante en la sonrisa de don Juan. Su calidez era contagiosa.
-¿Y dónde están los instrumentos? -preguntó, haciendo un gesto de escribir a mano.
Le dije que los había dejado enel coche; él respondió que sin ellos me veía extraño y me hizo ir a traerlos.
-Acabo de escribir un libro -dije.
Fijó en mí una mirada larga y peculiar que me dio comezón en la boca del estómago. Era como si empujase mi parte media con un objeta suave. Sentí que me iba a poner mal, pero entonces don Juan miró para otro lado y recobré mi primera sensación de bienestar.
Quisehablar de mi libro, pero él indicó con un gesto que no quería oír nada sobre el tema. Sonrió. Desbordaba ligereza y encanto, e inmediatamente me envolvió en una larga conversación acerca de personas y de sucesos actuales. Al cabo de un buen rato logré por fin desviar la conversación hacia el tópico de mi interés. Empecé mencionando que, al revisar mis antiguas notas, me di cuenta de que él me habíaestado dando, desde el principio de nuestra asociación, una descripción detallada del mundo de los brujos. A la luz de lo que me dijo en aquellas etapas, comencé a poner en tela de juicio el papel de las plantas alucinógenas.
-¿Por qué me hizo usted tomar tantas veces esas plantas de poder? -pregunté.
Rió y musitó, en voz muy suave:
-Porque eres un idiota.
Lo oí...
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