Castellano
Sin embargo, las academias de la lengua castellana no se consideran obligadas a cumplir este requisito. Consideran tal vez que el prestigio secular que en untiempo se atribuyó a la «docta casa» madrileña, las exime de esa obligación que todos los demás estudiosos del mundo comparten.
Todos habrán por lo menos oído hablar del ambiciosoDiccionario de americanismos publicado recientemente por la Asociación de las Academias de la Lengua (ASALE), una obra de más de 2 300 páginas publicada en 2010 por Santillana. El secretariode la ASALE, Humberto López Morales, ha reconocido personalmente que en el acopio de materiales los lexicógrafos acudieron «con frecuencia» a la web Jergas de Habla Hispana, confeccionadapor Roxana Fitch, «y eso se ha debido a que es de lo mejor que existe en la bibliografía lexicográfica de Hispanoamérica». En una carta que envió a Fitch en 2008, López Morales declaró:«Me complace decirle que todos sentimos un profundo respeto y una gran admiración por su estupendo trabajo sobre las jergas» y le agradeció «que haya elaborado materiales tan ricos y,en su mayoría, exactos, lo que sin duda ha ayudado no poco a nuestras tareas iniciales». Al final de la carta, López Morales le prometió a Fitch «dar a su trabajo los créditos necesarios
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