castellano
TEXTO
Poco a poco el español se tendrá que ir vacunando contra esa desconfianza que le produce el que se va a
vivir fuera. Provocaba una simpatíalógica el obrero que se veía obligado a emigrar al norte de Europa en
los años del desarrollo, y el resquemor torvo quien se marchaba por aburrimiento o porque buscaba nuevos
horizontes en un tipo detrabajo cualificado. Hoy sigue siendo una experiencia común a aquellos jóvenes
profesionales que trabajan en el extranjero que, al volver a su pueblo o a su barrio, se les desautorice
cuando opinansobre algo que sucede en España: “Tú es que como vives fuera no sabes de qué va esto”. Ni
tan siquiera se les concede la posibilidad de tener una visión más amplia o menos intoxicada sobre el propiopaís por haber probado otros sistemas de vida. Pero este mal tan arraigado que se llama mezquindad se
tendrá que ir curando. La realidad se ha impuesto crudamente a algo tan difícil de cambiar como es lacostumbre de respirar un ambiente poco aireado. Y los primeros que están empezando a pensar que en
España no se vive mejor que en ningún sitio son esos padres que han luchado por que sus hijostengan una
preparación sólida y ahora ven cómo han de marcharse lejos de casa para labrarse futuro, o al menos, un
presente digno. No es extraño que uno de aquellos hombres que se fueron a Alemania atrabajar con un
mono vea ahora como es su hijo ingeniero o informático quien tiene que emigrar. Y si bien es cierto que lo
hace en otras condiciones, con más experiencia y una dosis mínima decosmopolitismo, también lo es que a
nadie le gusta marcharse por obligación. O que a casi todo el mundo le gusta volver. Y que sería deseable
que nuestro país pudiera albergar en un futuro a esa gente a laque formó. Nos aportarían la excelencia de
su trabajo, pero también algo que nos falta: aire fresco. Aire fresco.
Elvira Lindo: El País, 02/02/2011
CUESTIONES
PRIMERA PARTE (2.5 PUNTOS)
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