castellano
El profesional de la información, como profesional de la cultura que es, se ve sometido en todo el mundo a un juego policíaco de alternancia ‘bueno’-‘malo’, en el que pasa de la manipulación integradora a la drástica represión. El sistema le garantiza un nivel de vida aceptable (ligeramente por encima del de la inmensa mayoría) y le somete a unaserie de estructuras condicionantes integradoras: un ‘status’ empresarial que convierte al propietario o propietarios de los periódicos en reales dueños y señores de la mercancía informativa y en conjunto de normas jurídicas aplicadas no tanto a defender a la sociedad del periodista como a defender al sistema. En caso de que el profesional de la información descubra que los molinos de viento songigantes realmente y en ristre la lanza, entonces cae sobre él todo un mecanismo represor, en el que actúan mancomunados el Estado, la empresa y todas las superestructuras cómplices.
En sistemas democrático-formales, al profesional le queda el recurso de la prensa de partido, pero a costa de delimitar su público potencial. Para una democracia formal, la prensa de partido es un aliviopor cuanto la relación medio-público responde a una afinidad preestablecida y no afecta al público que queda al margen de esa afinidad. Incluso puede darse el caso de una relación precaria entre medio informativo y público (‘l´Humanité’ tiene una tirada de unos 300.000 ejemplares), que no se corresponde con el poder de convocatoria electoral del partido comunista francés (casi un 30 por 100 de lapoblación francesa). Para el sistema, lo verdaderamente peligroso sería que los medios informativos más potentes y uniformadores (los diarios de amplia circulación, la radio, la televisión) cayeran en manos de los profesionales dispuestos a no servir a otro señor que sus lectores. El sistema se las ha ingeniado para el control efectivo de los mass media uniformadores: primero, porque controla alEstado y todo su dispositivo superestructural que opera sobre la Información; después, porque ha troceado el pastel en empresas privadas en condiciones de hacer un periodismo ‘popular’ frente al aburrido y envejecido periodismo ‘ideológico’ de los partidos. Los medios más peligrosos por su capacidad de convocatoria indiferenciada, como la radio o la televisión, o bien están metidos bajo las faldasdel Estado, o bien pasan de la maxifalda del Estado a la minifalda de la empresa privada.
Ante esta situación, ¿cómo se sostiene toda la literatura sobre la responsabilidad del informador? Donde no llega la censura empieza la autocensura, porque, como muy bien había sabido formular el mismísimo don Fernando Martín Sánchez Juliá, “…a un padre de familia no se le puede pedir que seahéroe todos los días”.
Hay un asociacionismo profesional que en todo el mundo va desde el nivel represor (asociaciones destinadas más al control que a la reivindicación) hasta el nivel integrador (asociaciones destinadas a reivindicaciones puramente económicas), pero salvo en situaciones de democracia formal muy avanzada y al mismo tiempo minada por contradicciones internas muy agudas, elasociacionismo de los profesionales de la información es un mecanismo complementario de la técnica represora o de la técnica integradora.
El público, sin defensa
El resultado más claro de este orden de cosas es la indefensión del público ante la conspiración informativa y la dependencia, cada vez mayor, del público hacia los mass media. A partir de los catorce años, laescolaridad ha terminado para la inmensa mayoría. A partir de esa edad, sus principales vehículos de formación e información serán los mass media. Por otra parte, la falta de una formación cultural sólida y continua resta elementos de distancia crítica y comprensión de la realidad, lo que provoca una entrega total al imperio de los medios de comunicación de masas. Resulta entonces que un magnate como...
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