Castracion Psicologica

Cuando se habla de castraci—n, la imagen que se viene a mente es la de los eunucos que oficiaban de guardianes en los haremes del Medio Oriente. Sin embargo, la castraci—n sexual no siempre es el producto de la amputaci—n de los test’culos, las investigaciones de importantes sex—logos se–alan que en la edad moderna y en la cultura occidental existe una forma psicol—gica de castraci—n, y susefectos son iguales o peores que la castraci—n f’sica.

En la historia de la humanidad, la castraci—n ha sido tradicionalmente un castigo. En las naciones del Medio Oriente, se castraba a los prisioneros de guerra para convertirlos en sirvientes para diferentes usos.

En Africa, segœn los estudios de Genaro Casta–edo, en una tribu muy primitiva, los caciques cosen las vaginas de sus mujeres portemor a que ellas les sean infieles, lo que es una de las costumbres tribales destinadas a la castraci—n femenina.

NO TODOS SON IGUALES

Es muy frecuente que en las edades tempranas los varones piensen que todo el mundo tiene un pene por el solo hecho de que ellos tienen uno. Esto ocurre porque despuŽs de la exploraci—n que los ni–os hacen de su propio cuerpo, piensan que todo el resto de laspersonas son iguales a Žl y uno de los problemas dif’ciles con que se enfrentan es el momento en que descubren que hay gente diferente.

En oportunidades, los ni–os piensan que tarde o temprano las ni–as tendr‡n un pene como ellos, pero cuando avanzan en edad y se dan cuenta que sus teor’as no se cristalizan, tratan de acomodar sus esas creencias y surge la idea de que "s—lo algunas mujeres tienenpene, entre las que est‡ su madre".

Sigmund Freud se–alaba que el caso de las ni–as es diferente. Ellas piensan que sus madres son personas especiales porque "tienen pene", despuŽs, cuando descubren la verdad, se sienten un tanto decepcionadas y se acercan m‡s al pap‡ que s’ tiene pene. Es alrededor de los 3 — 4 a–os cuando se desarrollan los profundos conflictos relacionados con lacastraci—n. Las teor’as de Freud se–alan que las mujeres sienten una profunda frustraci—n por no poseer pene y llegan a envidiar al hombre durante largo tiempo. Otros sex—logos que continuaron los estudios en torno a las teor’as de Freud, han llegado a asegurar que ese complejo de castraci—n nunca se logra superar completamente, aunque cada persona logra, por lo general, convivir con este problema evitandoque llegue a repercutir en su sexualidad.

Posiblemente, segœn plantean los investigadores, el ser humano es un ser que nace inconcluso y ese es el motivo de las tantas complicaciones.

NACER INCOMPLETO

Esta idea no es comprensible de inmediato, adem‡s hay que considerar que s’ hay seres que nacen incompletos y terminan su proceso de gestaci—n en verdaderas incubadoras naturales, como son losespec’menes marsupiales. Pero los investigadores se refieren a otra cosa. Ellos est‡n pensando en todo el proceso de desarrollo ps’quico.

Se dice que los muchachos y muchachas, hasta los 11 — 12 a–os, cuando terminan de madurar sus genitales, el cuerpo de una persona no est‡ completo, es por eso que los procesos de las desilusiones, complejos, traumas y otras tantas situaciones nos marcan afuego.

La otra teor’a es que cuando mayor se es, en la escala zool—gica, el ser en menos completo y necesita de un per’odo de gestaci—n m‡s prolongado. Posiblemente, en ese sentido, las ballenas sean un ejemplo porque necesitan un a–o y medio de gestaci—n.

Hasta que el cuerpo termina de formarse, los trastornos psicol—gicos se van sumando y, posiblemente, uno de los m‡s dif’ciles de superar esel complejo de castraci—n, porque ataca en forma puntual a la sexualidad del individuo y todos sabemos que, cuando menos el var—n, es una especie que se siente orgulloso de su genitalidad.

ALGUNOS SINTOMAS

Posiblemente uno de los trastornos m‡s frecuentes como consecuencia de la castraci—n sexual sea orinarse en la cama. Segœn algunos especialistas, esta situaci—n en los varones se...