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SÍNODO DE LOS OBISPOS
XIII ASAMBLEA GENERAL ORDINARIA
LA NUEVA EVANGELIZACIÓN
PARA LA TRANSMISIÓN DE LA FE
CRISTIANA
LINEAMENTA
http://directoriocatolico.blogspot.com.ar/
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Sínodo de los Obispos – la Nueva Evangelización – Documento Final – Octubre 2012
ÍNDICE
Prefacio
Introducción
1. Laurgencia de una nueva evangelización
2. El deber de evangelizar
3. Evangelización y discernimiento
4. Evangelizar en el mundo de hoy, a partir de sus desafíos
Preguntas
Primer Capítulo
Tiempo de “nueva evangelización”
5. “Nueva evangelización”. El significado de una definición
6. Los escenarios de la nueva evangelización
7. Como cristianos frente a estos nuevos escenarios
8. “Nuevaevangelización” y deseo de espiritualidad
9. Nuevos modos de ser Iglesia
10. Primera evangelización, atención pastoral, nueva evangelización
Preguntas
Segundo Capítulo
Proclamar el Evangelio de Jesucristo.
11. El encuentro y la comunión con Cristo, finalidad de la transmisión de la fe
12. La Iglesia transmite la fe que ella misma vive
13. La Palabra de Dios y la transmisión de la fe
14. Lapedagogía de la fe
15. Las Iglesias locales, sujetos de la transmisión
16. Dar razón: el estilo de la proclamación
17. Los frutos de la transmisión de la fe
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Sínodo de los Obispos – la Nueva Evangelización – Documento Final – Octubre 2012
Preguntas
Tercer Capítulo
Iniciar a la experiencia cristiana
18. La iniciación cristiana, proceso evangelizador
19. El primer anuncio como exigencia deformas nuevas del discurso sobre
Dios
20. Iniciar a la fe, educar en la verdad
21. El objetivo de una “ecología de la persona humana”
22. Evangelizadores y educadores en cuanto testigos
Preguntas
Conclusión
23. El fundamento de la “nueva evangelización” en María y en Pentecostés
24. La “nueva evangelización”, visión para la Iglesia de hoy y de mañana
25. La alegría de la evangelización
3Sínodo de los Obispos – la Nueva Evangelización – Documento Final – Octubre 2012
Prefacio
«Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre
del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que
yo os he mandado» (Mt 28, 19-20). Con estas palabras, Jesucristo, antes de
subir al cielo y sentarse a la derecha de Dios Padre (cf. Ef 1,20), envió a sus
discípulos a proclamar la Buena Noticia al mundo entero. Ellos representaban
un pequeño grupo de testigos de Jesús de Nazaret, de su vida terrena, de su
enseñanza, de su muerte y sobre todo de su resurrección (cf. Hch 1, 22). La
tarea era inmensa, más allá de sus posibilidades. Para darles coraje el Señor
Jesús promete la venida del Paráclito, que el Padre enviará en su nombre(cf.
Jn 14, 26) y que los «guiará hasta la verdad completa» (Jn 16, 13). Además,
asegura su presencia constante: «Y he aquí que yo estoy con vosotros todos
los días hasta el fin del mundo» (Mt 28, 20).
Después del acontecimiento de Pentecostés, cuando el fuego del amor de Dios
se posó sobre los apóstoles (cf. Hch 2, 3) unidos en oración «en compañía de
algunas mujeres, y de María la madrede Jesús» (Hch 1, 14), el mandato del
Señor Jesús comenzó a realizarse. El Espíritu Santo, que Jesucristo da en
abundancia (cf. Jn 3, 34), está en el origen de la Iglesia, que es por naturaleza
misionera. En efecto, apenas recibida la unción del Espíritu, san Pedro Apóstol
«presentándose ... levantó su voz» (Hch 2, 14) proclamando la salvación en
nombre de Jesús, «que Dios ha constituidoSeñor y Cristo» (Hch 2, 36).
Transformados por el don del Espíritu, los discípulos se dispersaron por el
mundo entonces conocido y difundieron el «Evangelio de Jesucristo, Hijo de
Dios» (Mc 1, 1). Su anuncio ha llegado a las regiones de la cuenca
Mediterránea, de Europa, de África y de Asia. Guiados por el Espíritu, don del
Padre y del Hijo, sus sucesores han continuado dicha misión, que...
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